Tegucigalpa, Honduras
Escuchas telefónicas fueron la clave para hacer caer a los primeros autores en el crimen contra la lideresa indígena Bertha Cáceres.
El asesinato perpetrado el pasado 3 de marzo no fue perfecto, hubo un error: el uso de teléfonos celulares.
Una fuente de entero crédito confió a EL HERALDO que los entes de investigación del Estado lograron identificar y capturar a cuatro de los implicados en el hecho con intervenciones telefónicas.
La fuente dijo que la Fiscalía, con la indagación de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), fichó a un grupo de al menos siete personas para las que se pidió, con orden judicial, la intervención.
De acuerdo a la fuente, sobre todos ellos habían indicios de participación y con base en esto el Juzgado ordenó las escuchas telefónicas.
Este miércoles, EL HERALDO quiso contrastar esta información con el director de la ATIC, Ricardo Castro, pero la solicitud de entrevista no pudo ser atendida por las diligencias en el caso.
Pero hace dos días Castro dijo que no podía revelar la estrategia utilizada para capturar a los implicados, ya que apenas este era el inicio y la persecución de más de dos actores continuaba.
Lo que sí aseguró es que la ATIC tenía pruebas científicas irrefutable que comprobaba la participación del actor material y de los tres intelectuales, todos capturados.
El análisis
La fuente consultada por EL HERALDO dijo que en este asesinato hay varios escenarios que han sido analizados, el primero es el hecho sangriento de donde se obtuvieron elementos para estudios morfológicos de sangre, pruebas de ADN, análisis de huellas dactilares y de calzado, entre otros.
El segundo se relacionó con las más de 33 amenazas que Cáceres recibió por la defensa de los recursos naturales y de los derechos de los pueblos indígenas, mismas que después de su muerte fueron recordadas por sus familiares.
En un tercer escenario se analizó su entorno laboral y vida personal.
Este análisis llevó a los agentes a identificar a posibles responsables del acto, para quienes se abrió un expediente de investigación.
Lo primero fue indagar sobre dónde estuvieron cada una de estas personas el día del sangriento hecho, lo segundo fue solicitar las escuchas para cada uno de ellos.
La fuente reveló que de esta última acción surgieron las primeras alertas. De acuerdo a lo explicado por la fuente, en una de las llamadas los involucrados “debatían” y se ponían al tanto del impacto que el hecho ocasionó haciendo uso de claves en su lenguaje.
Posterior a esto también hubo un cruce de llamadas que entregó a las autoridades la punta de la madeja que los llevó a la captura de cuatro del aún indeterminado número de buscados.
33 amenazas a muerteRecibió Berta Cáceres, las cuales no solo provenían de DESA, sino también de gente poderosa, según sus familiares. |
Tiempo
El crimen de la defensora de los derechos de los pueblos indígenas llevó varios días de planificación.
Según lo revelado por otra fuente consultada por EL HERALDO, en menos de un mes los involucrados en el hecho habían preparado el plan para acabar con la vida de Cáceres.
La fuente dijo que en el proceso hubo un seguimiento de la víctima para su ubicación y también existió observación de sus actividades para identificar el momento ideal para el crimen.
La fuente aseguró que por las características del crimen la figura delictiva es un asesinato, porque existieron circunstancias agravantes la alevosía, preparación del hecho en la que se realizó la contratación y, además, hubo remuneración.
El plan
EL HERALDO reveló en exclusiva en su edición de ayer que el supuesto autor material del hecho, Edilson Duarte, confesó su participación en el crimen y confirmó la acusación realizada por la Fiscalía.
Este testimonio se incluiría como parte de las pruebas aportadas por la Fiscalía en la audiencia inicial que se desarrollará este viernes.
Duarte fue capturado en lunes en La Ceiba como resultado de la Operación Jaguar realizada en varias ciudades del país por la ATIC.
A este se le detuvo junto a su hermano gemelo, quien sigue un proceso judicial en La Ceiba por portación ilegal de armas. De este las autoridades han descartado alguna vinculación en el caso de Bertha.
Pero este joven de 25 años fue el último eslabón en el plan de asesinato.
De acuerdo a lo revelado ayer en exclusiva por EL HERALDO, el gerente ambiental de la empresa Desarrollos Energéticos S. A. (DESA), Sergio Rodríguez, fue quien inició con esta operación que concluyó en la ejecución de Cáceres. Rodríguez fue capturado en la colonia Miraflores de Tegucigalpa en la casa de sus padres,
Este ejecutivo de DESA contrató los servicios del mayor de las Fuerzas Armadas de Honduras, Mariano Díaz, para supuestamente dar sugerencias sobre el trabajo de inteligencia que se debía realizar para ubicar e ingresar a la casa de la dirigente indígena.
Al también instructor de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) y miembro de las Fuerzas Especiales de la institución uniformada se le dio detención en la residencial Los Hidalgos.
Según la fuente, Díaz fue contactado, a petición de Rodríguez, por el teniente retirado de las Fuerzas Armadas de Honduras, Douglas Bustillo, a quien se le detuvo en la residencial Los Molinos.
Este último se había desempeñado como subjefe de seguridad de la empresa DESA y, además, fue denunciado en varias ocasiones por el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) y por la propia Bertha Cáceres.
Bustillo también habría contratado al supuesto sicario Edilson Duarte.
Faltan capturas
Para estas capturas, la ATIC efectuó allanamientos paralelos en el marco de la Operación Jaguar en Tegucigalpa, La Ceiba y Trujillo.
Sin embargo, las personas buscadas en la ciudad de Trujillo, Colón, no fueron capturadas.
De ellos se desconocen los datos, ya que las autoridades se han limitado a identificarlos para no entorpecer la búsqueda, por lo que no se ha confirmado si entre las capturas restantes hay más ejecutivos de DESA o miembros militares. Las autoridades de la ATIC han prometido llegar a todos los involucrados