Estados Unidos.- El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, condenado en Estados Unidos por narcotráfico, podrá recuperar su libertad el 19 de junio de 2060, según confirmó el Buró de Prisiones de los Estados Unidos (BOP).
El exmandatario actualmente tiene 56 años y cumple su condena en la prisión de máxima seguridad USP Hazelton, ubicada en Virginia Occidental.
El proceso judicial que llevó a la condena de Hernández comenzó tras su extradición desde Honduras a Estados Unidos en abril de 2022.
Aunque su pena fue inicialmente de 45 años de prisión, más 5 años de libertad condicional, el exmandatario vería su condena reducida a aproximadamente 38 años de encarcelamiento, lo que supone una rebaja de 7 años respecto a la sentencia original dictada por la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
¿Dónde está preso JOH?
El pasado 12 de febrero, JOH, como se le conoce por las iniciales de su nombre, fue trasladado a la penitenciaría USP Hazelton, ubicada en Bruceton Mills, Virginia Occidental, una instalación conocida por su alto nivel de seguridad y su historial de incidentes violentos entre prisioneros.
Este fue su segundo traslado en menos de un mes dentro del sistema penitenciario estadounidense.
Antes de su llegada a Hazelton, estuvo recluido en una cárcel federal de mediana seguridad en Pensilvania.
USP Hazelton alberga alrededor de 1,315 reclusos, con un campamento anexo que acoge a unos 60 internos.
A pesar de ser una prisión de máxima seguridad, ha sido escenario de múltiples altercados violentos, incluyendo el asesinato de un prisionero en 2018 y una pelea racial en 2009.
Previamente, Hernández estuvo casi tres años en el Metropolitan Correctional Center de Nueva York.
Sentencia de JOH
Juan Orlando Hernández fue hallado sentenciado por varios delitos relacionados con el narcotráfico en junio de 2024, después de que un jurado en Nueva York lo declarara culpable de conspiración para importar cocaína a los Estados Unidos, así como de posesión y uso de ametralladoras durante el tráfico de drogas.
Estos cargos conllevaban una posible pena de cadena perpetua, aunque la sentencia final fue más cercana a la solicitud de su defensa, que pedía una condena de 40 años de cárcel.
Finalmente, el juez Kevin Castel impuso una pena de 45 años de prisión, más cinco años de libertad condicional.