Tegucigalpa, Honduras
En el instituto Saúl Zelaya Jiménez el territorio está marcado por un grupo criminal que impone sus propias reglas e intimida a la población estudiantil y a maestros con acciones violentas, lo que pone al desnudo la negligencia de las autoridades.
Asesinatos de estudiantes y agresiones contra profesores son, entre otros, los actos que realizan miembros del grupo delictivo que, según la Policía, podrían estar infiltrados como alumnos.
Las autoridades educativas del centro manejan que las acciones han sido cometidas por antisociales que ingresaban antes de que hubiese presencia militar.
Además, son ellos los que deciden quiénes pueden ser alumnos del colegio y a los que no quieren ni ver en las aulas de clases.
Las muertes de estudiantes ocurridas desde el año pasado hasta la fecha son el resultado de una guerra por pelea de territorio que ha declarado la pandilla 18 de la Flor del Campo contra la MS-13 de la colonia Las Torres.
La situación se volvió tan grave que integrantes de la 18 no quieren ver a jóvenes residentes de Las Torres en el instituto Saúl Zelaya Jiménez, lo que ha derivado en una especie de cacería humana, en agresiones físicas y macabros asesinatos.
Lo que se puede observar en la parte interna del muro perimetral del colegio son unas marcas de una pandilla, el grupo que siembra terror.
Entre el 16 de marzo y el 26 de abril se registró el asesinado de dos jóvenes estudiantes del mismo centro educativo.
El caso más reciente fue el de Elyer Alberto Sánchez Vásquez, de 17 años, quien residía en Las Torres y cuyo cadáver fue encontrado metido en bolsas plásticas y envuelto en una sábana en la colonia Santa Bárbara de Comayagüela, casi frente a las instalaciones de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA).
El joven fue raptado el día anterior media hora después de haber salido de clases cuando se dirigía a su vivienda. Los restos mortales fueron trasladados a San Luis, Comayagua, donde serán sepultados, según confirmó un residente de Las Torres.
Traslados
Por lo menos unos 30 padres de familia acudieron ayer al centro educativo a tramitar el traslado de sus hijos a otros colegios a raíz de la violencia y el terror que siembran las maras y pandillas.
Así lo confirmó el director Hernán Fuentes Velásquez antes de ingresar a una reunión de emergencia que sostuvo con los maestros para tratar el problema.
“En razón de que padres de familia de algunas zonas aledañas están trasladando a los muchachos, hemos tomado a bien reunirnos un par de horas con los compañeros para analizar esta situación y ver que podemos plantear'.
Confirmó que ayer el colegio trabajó normalmente, que tienen el apoyo de la Policía Militar y de la Policía Preventiva, lo único que les hace falta es que la Secretaría de Educación asigne los guardias permanentes.
Confió en que algunos alumnos han sido amenazados, otros no, pero que por el mismo temor los padres quieren llevar a sus hijos a otro lado.
“Nosotros no podemos negarle a ningún padre de familia que se lleve a su niño adonde quiere y donde se sienta bien”, expresó.
Por su parte, una madre de familia dijo a EL HERALDO que mejor se llevará a su hija porque “la situación está fea y ando viendo qué trámites se hacen para el traslado”.
