TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A sus diez años de vida, los médicos le diagnosticaron una extraña enfermedad terminal, con el agravante de una muerte temprana.
A esa edad o aún mayor, cualquier ser humano pudo haberse derrumbado, en cambio él no. Desde ese momento, su vida dio un vuelco total, de tal manera que cada suspiro cuenta.
Así se resume la historia de Maicol Yovani Cálix.
Creció siendo un niño normal, de su casa a la escuela y viceversa; jugando por las tardes con sus amigos. Todo parecía ir por el camino natural en su etapa de infancia. De repente un día comenzaron los dolores.
Sus músculos empezaron a experimentar extrañas sensaciones y no precisamente eran buenos augurios, era distrofia muscular de Duchenne. Esta rara enfermedad neuronal se presenta en aproximadamente en 1 de cada 3,600 varones y Maicol Yovani fue uno de esos casos.
“Caminará como pato, quedará en silla de ruedas y se va a morir de un paro respiratorio”, fueron las duras palabras que el médico que le atendió en el Hospital Escuela le profirió a la madre y al entonces niño.
Siempre fue un talento innato
Pero no todo ha sido malo en la vida de Maicol Yovani.
Desde los cinco años demostró pasión por el dibujo y las artes plásticas, pero en ese momento las distracciones, características de un menor, lo fueron alejando de sus prematuras pinceladas de arte.
“Desde pequeño me gustó jugar con plasticina y dibujar, pero a lo largo de la vida uno se distrae de lo que le gusta, y desde hace unos tres meses retomé el arte, comencé a pintar por primera vez después de muchos años”, cuenta Maicol Yovani.
Con mucho agrado comparte que “resultó que sí era bueno pintando, creí que era poco lo que podía dibujar, pero un día empecé a pintar y a vender mis tarjetas”, comenta.
Sin tener la más mínima preparación académica en técnicas de dibujo y escultura, y a pesar de que sus músculos no tienen la fuerza que deberían, brotan de sus dedos verdaderas obras de arte.
El joven capitalino de 23 años ha impresionado a propios y extraños por la inesperada forma de conseguir con un pincel, acuarelas y masa moldeable, extraordinarias pinturas y esculturas.
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No se deprime
El estar inmerso la mayor parte del día entre las paredes de su casa y sentado en una silla de ruedas -producto de su padecer- no ha impedido que el entusiasta artista tome la vida con alegría.
“Yo estoy sorprendido y mi familia también porque parece como que si yo me hubiera preparado en esto, pero un día surgió de la nada la habilidad y aquí estoy”, relata con mucho orgullo, sin dejar de sonreír.
Pero la caja de sorpresas que escondía Maicol no queda ahí. En los últimos cinco años aprendió a hablar inglés solo, leyendo artículos y escuchando música en dicho idioma, convirtiéndose en un autodidacta. Este nuevo conocimiento le ha llevado a ganar concursos de música, al interpretar canciones en inglés.
Maicol es el mayor de dos hermanos y convive junto a su madre, su padrastro y su hermano menor.
Los médicos y la ciencia le pronosticaron a Maicol vivir hasta los 25 y máximo 30 años de edad, sin embargo, asegura no pensar en eso y vive el día a día con la misma intensidad.
Entre sus trabajos destacan pinturas de animé, paisajes y abstractas, plasmadas en lienzo para acuarela. Además, esculpe estilizadas figuras femeninas y no descarta hacer sus primeros trabajos al óleo.
A pesar de su obstáculo físico, Maicol Yovani ha decidido montar su propio taller de arte, al cual denominó Mike’s Arts, para seguir cosechando éxito en las artes.