El hallazgo y decomiso se realizó durante una inspección de rutina en el sector de la Barra de Carastaca, Gracias a Dios, zona nororiental de Honduras.
El mar Caribe hondureño es considerado como santuario del tiburón martillo y otras especies marinas que se encuentran en peligro de extinción, por lo que está prohibida la pesca de estos escualos.
La Patrullera Oceánica Morazán también decomisó tres lanchas tipo tiburoneras con un total de 33 tripulantes, 14 barriles de tiburón fresco y salado.
Asimismo, la acción naval incluyó la incautación de dos sacos de aletas de tiburón, 7 barriles de gasolina, 90 sacos de sal, 19 barriles listos para almacenar el producto y equipo de pesca.
Las embarcaciones, tripulantes, producto de mar, combustible y enseres de pesca, serán entregadas a las autoridades correspondientes para las investigaciones del caso.
Las operaciones permanentes, mediante escudos marítimos, buscan dar cumplimiento al convenio suscrito en el gobierno de Lobo Sosa con la Organización Mundial del Media Ambiente y la Especie Marina.