La delincuencia se apoderó del camposanto a tal punto que las tumbas son profanadas en busca de objetos de valor.
EL HERALDO hizo un recorrido por la zona para constatar las denuncias de la población, y en menos de cinco minutos de haber entrado al cementerio ya tenía personas con tatuajes en su cuerpo pidiendo dinero y otros observando cada paso que se daba.
En el cementerio solo existe una persona encargada, quien es contratada por la alcaldía pero que no tiene la función de vigilante, y mucho menos un arma para imponer respeto.
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Una persona que sepultó a un pariente relató que tuvo que pagar un vigilante para que cuidara la tumba por lo menos un día para evitar que delincuentes sacaran los ladrillos recién puestos en la lápida con la intención de abrir el ataúd y sacar objetos de valor.
“Cuando llegamos nos dio temor porque había grupos de personas tatuadas bebiendo licor, y cuando estábamos sepultando se acercaban a vernos. Cuando terminamos, el sepulturero me dijo que los personajes estaban viendo si miraban personas con dinero para asaltarlas y hasta me recomendó pagar vigilante ya que esperan que la gente se vaya para sacar los ladrillos recién pegados y buscar objetos de valor”, aseveró el entrevistado.
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Las personas que se encargan de sepultar a los difuntos recomendaron llegar y salir del cementerio en grupos, ya que quien entra solo puede ser víctimas de robo durante el día. “Da miedo ir a sepultar o acompañar a un amigo o familiar a visitar las tumbas porque de inmediato ya mira muchachos tatuados que lo quedan viendo o se acercan a pedir dinero”, dijo otra persona que ha vivido esta experiencia.
El alcalde Carlos Miranda expresó que ya no pueden controlar la seguridad en el cementerio general. “La delincuencia creció y ahora es difícil controlarla, hemos intentando con la Policía Municipal, Policía Nacional, pero es imposible porque hay grupos de delincuentes y para nosotros esto ya es incontrolable”, expresó Miranda. Declaró que debido a que el viejo cementerio colapsó en su capacidad, están construyendo otro al sureste de la ciudad. El nuevo panteón tiene 15 manzanas, de estas se habilitarán seis para la primera fase con una inversión de 3.5 millones de lempiras.
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