VALLE, HONDURAS.- Llegó en una camioneta roja y fue bajada entre brazos de sus hijos y pobladores, doña Coronaria Chávez se vio obligada a cruzar el río Goascorán en silla de ruedas y en una lancha.
Este es el método al que tuvo que adaptarse con sus 91 años pues reside junto a sus hijos en Costa de los Amates, Valle, una de las zonas inundadas a raíz del fenómeno natural Julia.
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“Venimos con ella del hospital y tenemos que regresar porque hace tres días dejamos nuestras casas y allá están nuestros hijos”, explicó su hijo, Álvaro Chávez.
Doña Coronaria, al hablar con El Heraldo, dijo que “esto lo hacemos seguido porque siempre que llueve por aquí solo en lancha se puede pasar”.
Según explicaron los pobladores, las lanchas cobran 10 lempiras para pasar gente y 100 lempiras si se lleva una moto. Además cobran otros 10 lempiras por sacos de productos que se pasen de El Cubulero a Costa de los Amates y viceversa.
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La zona es una de las más golpeadas tras el paso de la tormenta Julia, que aunque no tocó suelo hondureños sí dejó imparables lluvias durante tres días generando inundaciones en varias regiones del país.