TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Casi un millón de niños y adolescentes hondureños no tienen el acceso a la educación que por ley les corresponde.
Esto impacta severamente en las posibilidades de los mismos para tener mejores condiciones y salir adelante. Mientras unos se preparan para finalizar su año escolar, otros se preocupan por encontrar un empleo sin ningún grado escolar, lo cual se los dificulta.
Un estudio realizado por el Observatorio Universitario de la Educación Nacional e Internacional de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) señala que son un total de 889,116 alumnos que están fuera del sistema educativo.
Son niños y jóvenes que pudieron retirarse y no regresaron o algunos son los que nunca ingresaron al sistema.
“Es el 30.5% de los niños y jóvenes que no los está atendiendo el sistema educativo, eso es crítico y triste”, afirmó a EL HERALDO Russbel Hernández Rodríguez, investigador del Observatorio.
La Constitución de la República establece que la educación es obligatoria y gratuita para toda la población,
“El sistema impide que los padres puedan mantener a los estudiantes en las escuelas o colegios, son niños y jóvenes con quiénes el Estado está en deuda social por no atenderlos con educación gratuita”, expresó Hernández.
Del total de personas excluidas del sistema, 326,086 están fuera de la cobertura bruta que comprende de la educación prebásica, es decir, personas de tres a cinco años de edad.
A su vez, hay 58,908 personas que quedaron fuera y corresponden a la cobertura de educación básica, de primero a sexto grado, que comprenden las edades de seis a 11 años.
Mientras que 187,461 pertenecen a la cobertura bruta de educación básica, de séptimo a noveno grado, tienen entre 12 y 14 años de edad.
En cuanto a la cobertura bruta de la educación básica y media son 316,661 muchachos que no están estudiando, tienen entre 15 y 17 años.
Lea: Jueces le niegan una vez más la libertad a Rosa Elena Bonilla
Cobertura
El estudio señala que en 2017 la cobertura total de personas en el sistema educativo fue de 2,026,236 personas de prebásica hasta educación media.
El organismo de investigación maneja la proyección de cobertura para este año de 2,025,566, lo que refleja un descenso de 670 personas de un año a otro. “En vez de estar atendiendo a más niños y jóvenes, estamos atendiendo a menos”, lamentó.
Mientras que en la cobertura neta de 2017 hubo un registro de 1,628,618 alumnos y la proyección para 2018 fue de 1,654,135. Eso significa que hubo un incremento en 25,517 alumnos más cubiertos en el sistema público.
Para el 2019 se proyecta que en Honduras habrá una población con edades entre 3 y 17 años de 2,915,554 niños y jóvenes, por lo que se debe trabajar para atenderlos en el sistema educativo.
Edades
El Observatorio señala que del total de la proyección de la cobertura neta para 2018, 371,431 no tienen la edad para estar en esos cursos, ya sea porque ha repetido años o han desertado y regresaron, denominado sobre edad.
Para la cobertura neta de educación prebásica hay 25,650 alumnos que no tienen la edad comprendida entre tres y cinco años.
En cuanto a la cobertura neta para el nivel básico para estudiantes de seis y 11 años, hay 117,983 personas en el sistema y no tienen esa edad.
En la cobertura neta para educación básica para alumnos entre 12 y 14 años, hay 138,587 alumnos con sobre edad. Para la cobertura neta de educación media para alumnos en edades entre 15 y 17 años, hay 89,211 estudiantes que no cumplen la edad.
Hernández manifestó que en algunas familias los padres turnan a sus hijos para que estudien, un año manda a uno y otro año al hermano, por problemas económicos.
“Eso genera que ese niño o joven ya no entre en la edad que le corresponde estar en el grado y eso va generando en cierta medida que sus mismos compañeros los estigmaticen de haraganes, de bobos, y tal vez es problema de otros factores que está en sobre edad”, señaló el especialista.
El estudio indica que el 18.3% de jóvenes no están estudiando en la edad establecida, según el sistema. “Casi uno de cada cinco niños no está en el grado conforme a la edad que le corresponde, eso es altísimo, es un problema de eficiencia del sistema educativo”, manifestó Hernández.
Agregó que esa situación genera más gastos para el Estado porque un niño en lugar de atenderlo progresivamente, la deserción, la repitencia y la reprobación, influyen que el estudiante esté de uno hasta tres años más de los establecido.
“Es gasto estar atendiendo a niños que ya deberían estar insertados en el nivel superior o en el campo laboral”, señaló. También comentó que los estudiantes desertores le quitan el cupo a otros que quieren estudiar.
EL HERALDO conoció que en 2017 hubo un total de 67,024 alumnos que desertaron de las aulas de clases. Para este año se proyecta que sean 77,067 alumnos desertores. A su vez, el año pasado hubo 80,732 estudiantes que reprobaron en al menos una materia y para este año se proyecta que habrán 93,124 reprobados.
Mientras que en 2017 hubo 61,940 alumnos que repitieron el año y para este año se proyecta que haya 83,429 estudiantes que pierdan el año. EL HERALDO buscó por segundo día consecutivo una reacción del ministro y los viceministros de Educación para ahondar sobre el particular, pero no hubo respuesta.
 |
