TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Jeffry es un niño de piel canela con una mirada profunda. Todos los días sale de su casa a muy tempranas horas para ayudar a su familia a salir adelante con la
venta de limones.
A las 7:00 de la mañana, el pequeño de 13 años se traslada desde la colonia Nueva Capital, en el retirado noroccidente de Comayagüela, junto a su padrastro, para recorrer las calles de la ciudad.
Tras bajarse del bus, comienzan una caminata de varios minutos para llegar a su destino: un semáforo del bulevar Juan Pablo II. De vender limones depende que pueda regresar con algo de dinero para ayudar a su madre en casa.
Según el portal de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), existen a nivel mundial 152 millones de niños y niñas en labores, lo que equivale a que uno de cada 10 niños es víctima de trabajo Infantil.
En Honduras, 2,472,041 menores conforman la población infantil. De estos, alrededor de 470 mil niños entre edades de 5 a 17 años se dedican a trabajar, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En su mayoría, son varones (el 75%). Asimismo, se registra un incremento cada año de 75 mil niños en el mercado laboral de menores que realizan diferentes actividades.
La venta de productos en las calles está catalogado como una forma de trabajo informal que realizan los menores. La Secretaría de Trabajo y Seguridad Social (STSS) estima que el 69% de los niños laboran bajo esa condición, guiados por sus padres, como es el caso de Jeffry.
Solamente unos 400 menores solicitan permiso al año para trabajar de manera legal, según el Observatorio de Mercados Laborales Honduras ( OML), bajo las condiciones que estipula el Código de Trabajo, Código de la niñez y la Constitución de la República, que establecen que la edad mínima para trabajar es a los 15 años.
El pequeño Jeffry espera que el semáforo alumbre rojo, indicando un alto a los vehículos, para correr y ofrecer el producto a los conductores.
Sin importar si hay un sol agotador o lluvia, el infante trabaja de lunes a viernes hasta las 6:00 o 7:00 de la noche. A nivel mundial, la causa principal para que los niños sean sometidos a laborar a tan corta edad es la falta de oportunidad de empleo para los padres.
Jeffry, quien es oriundo de la ciudad de Danlí, se mudó aproximadamente hace un mes a Tegucigalpa, dejando la escuela a mediados de su tercer grado para comenzar a trabajar desde la mañana hasta el oscurecer.
De igual manera, espera en un futuro poder retornar a un centro educativo para terminar sus estudios y prepararse para la vida, y así ayudar a sus dos hermanitos y su madre.
Con estas condiciones, no es extraño que los menores piensen en migrar.
La Dirección Nacional de Niñez Adolescencia y Familia ( DINAF) estimó que en lo que va de 2019 al menos 3,477 pequeños que viajaban solos han retornado a Honduras.
La causa principal para irse es buscar un empleo o la reunificación familiar.
El 60% de infantes que emigran son niños, los cuales un 45% oscilan entre edades de 12 a 17 años.
Cada año, miles de niños abandonan sus estudios por dedicarse al trabajo. Pese a que este día martes se celebra el Día del Niño, no tendrán una celebración como cualquier infante de su edad, porque tendrán que colaborar para llevar el sustento a sus hogares.
Al menos Jeffry todavía no piensa abandonar el país, aunque siente las responsabilidades de un adulto: 'Dejar a la madre botada no es cosa fácil'.
A las 7:00 de la mañana, el pequeño de 13 años se traslada desde la colonia Nueva Capital, en el retirado noroccidente de Comayagüela, junto a su padrastro, para recorrer las calles de la ciudad.
Tras bajarse del bus, comienzan una caminata de varios minutos para llegar a su destino: un semáforo del bulevar Juan Pablo II. De vender limones depende que pueda regresar con algo de dinero para ayudar a su madre en casa.
Según el portal de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), existen a nivel mundial 152 millones de niños y niñas en labores, lo que equivale a que uno de cada 10 niños es víctima de trabajo Infantil.
Menores trabajadores
En Honduras, 2,472,041 menores conforman la población infantil. De estos, alrededor de 470 mil niños entre edades de 5 a 17 años se dedican a trabajar, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En su mayoría, son varones (el 75%). Asimismo, se registra un incremento cada año de 75 mil niños en el mercado laboral de menores que realizan diferentes actividades.
La venta de productos en las calles está catalogado como una forma de trabajo informal que realizan los menores. La Secretaría de Trabajo y Seguridad Social (STSS) estima que el 69% de los niños laboran bajo esa condición, guiados por sus padres, como es el caso de Jeffry.
Solamente unos 400 menores solicitan permiso al año para trabajar de manera legal, según el Observatorio de Mercados Laborales Honduras ( OML), bajo las condiciones que estipula el Código de Trabajo, Código de la niñez y la Constitución de la República, que establecen que la edad mínima para trabajar es a los 15 años.
Venta de limones
El pequeño Jeffry espera que el semáforo alumbre rojo, indicando un alto a los vehículos, para correr y ofrecer el producto a los conductores.
Sin importar si hay un sol agotador o lluvia, el infante trabaja de lunes a viernes hasta las 6:00 o 7:00 de la noche. A nivel mundial, la causa principal para que los niños sean sometidos a laborar a tan corta edad es la falta de oportunidad de empleo para los padres.
Jeffry, quien es oriundo de la ciudad de Danlí, se mudó aproximadamente hace un mes a Tegucigalpa, dejando la escuela a mediados de su tercer grado para comenzar a trabajar desde la mañana hasta el oscurecer.
De igual manera, espera en un futuro poder retornar a un centro educativo para terminar sus estudios y prepararse para la vida, y así ayudar a sus dos hermanitos y su madre.
Niños migrantes
Con estas condiciones, no es extraño que los menores piensen en migrar.
La Dirección Nacional de Niñez Adolescencia y Familia ( DINAF) estimó que en lo que va de 2019 al menos 3,477 pequeños que viajaban solos han retornado a Honduras.
La causa principal para irse es buscar un empleo o la reunificación familiar.
El 60% de infantes que emigran son niños, los cuales un 45% oscilan entre edades de 12 a 17 años.
Cada año, miles de niños abandonan sus estudios por dedicarse al trabajo. Pese a que este día martes se celebra el Día del Niño, no tendrán una celebración como cualquier infante de su edad, porque tendrán que colaborar para llevar el sustento a sus hogares.
Al menos Jeffry todavía no piensa abandonar el país, aunque siente las responsabilidades de un adulto: 'Dejar a la madre botada no es cosa fácil'.