Lo llaman el misterioso empresario chino, el hombre del que nadie parece saber nada: es Wang Jing, el multimillonario detrás del megaproyecto de construcción de un canal interoceánico en Nicaragua.
El gobierno de este país que otorgó a HKND Group, la empresa que dirige Wang Jing, una concesión de 50 años por los derechos de construir el canal y otros 50 años para manejarlo.
Y se calcula que la obra costará $40,000 millones: más de tres veces el producto interno bruto de Nicaragua..
Es por eso que ante tal magnitud, muchos quieren saber ¿quién es Wang Jing?
“Nadie sabe nada de Wang Jing”, dice Michael Forsythe, corresponsal de la agencia Bloomberg en Pekín, quien estuvo presente en la conferencia donde Wang presentó los detalles de su megaproyecto.
“Cuando se le plantearon preguntas sobre sus antecedentes personales, Wang solo dijo que no tenía conexiones con el gobierno y que había estudiado medicina tradicional china en Pekín”, señala el corresponsal.
Lo que Wang anunció durante la conferencia fue que ya contaba con inversores internacionales para el proyecto. Pero no dio detalles de quiénes eran.
Indicó que el proyecto enfrentaría riesgos políticos, financieros y de ingeniería, pero tampoco elaboró en los detalles de esos riesgos. Señaló que la construcción de la obra comenzaría a fines de 2014 y que sería completado en seis años.
Y ante la insistencia de quién era él, Wang declaró: “Soy un chino común y corriente. No podría ser una persona más común y más corriente”.
Wang Jing no es común ni corriente. Según datos del Índice de Multimillonarios de Bloomberg, el empresario de 43 años es presidente y principal accionista de la compañía de telecomunicaciones Beijing Xinwei Telecom Technology, donde tiene una participación de $1,100 millones.
Y también es presidente -y único representante conocido- de la empresa que obtuvo la concesión del canal en
Nicaragua: HKND Group (Hong Kong Nicaragua Canal Development).
Aunque ha reiterado repetidamente que se trata de una empresa privada, muchos cuestionan esa afirmación. Se dice que Xinwei Telecom tiene relaciones muy cercanas con el gobierno chino. De hecho, en su sitio web se pueden ver fotografías de los líderes chinos, incluidos el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang, visitando la compañía.
Pero lo más importante es la conexión de Xinwei, que produce equipo de telefonía inalámbrica, con Datang Group, la gigante estatal de telecomunicaciones que se sabe es uno de los principales accionistas de Xinwei.
Según Bloomberg, en septiembre pasado Datang puso a la venta una participación de 0.858% en Xinwei, con un valor de $25.8 millones, con lo cual se valoró a la compañía en $2,950 millones, cifra muy baja para invertir en el proyecto de Nicaragua.
Críticas y pérdidas
Wang afirmó que su compañía se propone financiar la parte inicial del proyecto y el resto estará a cargo de inversores internacionales. Pero hasta ahora no se han dado detalles de quiéres serán esos inversores.
Ciertamente algunos, dentro y fuera de Nicaragua, se han mostrado críticos con el proyecto, que dicen significará la “pérdida de la soberanía” del país.
“El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, firmó el contrato con el empresario chino Wang Jing sin ninguna licitación pública, y pese al hecho de que la empresa de Wang no tiene experiencia en la construcción de canales”,afirma Andrés Openheimer, columnista del diario estadounidense Miami Herald.
También ha sido muy criticada la forma como Daniel Ortega otorgó la concesión del proyecto sin llamar a una licitación pública ni a un referendo nacional.
“Si Wang quiere recaudar capitales internacionales, sería bueno que convenza a Ortega de que convoque a un referéndum –tal como lo hizo Panamá (para la ampliación de su canal)– y pregunte a los nicaragüenses si el proyecto es legal y ambientalmente saludable”, dice Openheimer.
La pregunta clave sería “por qué una empresa principalmente involucrada con la investigación y desarrollo de tecnologías de comunicación, de pronto cambió su perfil empresarial para el desarrollo y operación del gran canal de Nicaragua, logrando que el gobierno de este país le otorgara esta concesión”.
En los últimos dos años el gobierno chino ha decidido cambiar sus estrategias de inversión para involucrarse en lo que llama ‘industrias estratégicamente importantes’, incluidas la de infraestructura y energía.
Otro problema es que el multimillonario es al que peor le ha ido en el planeta en los últimos meses. Sus problemas –una brutal reducción de su fortuna, que se encogió 84% en cuatro meses– amenazan con hacerse sentir especialmente en Nicaragua.
Su inmensa fortuna, que en junio pasado se estimaba en unos $10,200 millones, era una de las pocas cosas que le daban cierta credibilidad al ambicioso proyecto.
En los últimos meses, las acciones de la telefónica Xinwei han sido unas de las más afectadas por el desplome de la bolsa en China. Y según el Índice de Billonarios de Bloomberg, esto hizo caer su fortuna personal hasta “nada más” $1,100 millones.
Esto deja al magnate de las telecomunicaciones con poco más del doble de lo que dice ya haber invertido de su propio bolsillo en el proyecto de canal. Y esa supuesta inversión tampoco ha terminado de convencer a muchos de que el proyecto –que pretende competir con el canal de Panamá– es realmente viable.