Los centenares de mineros artesanales que abren túneles en el cerro de San Juan Arriba extrayendo la broza que luego es procesada para sacar el oro, trabajan en condiciones infrahumanas y sin las mínimas medidas de seguridad.
Cada día, centenares de personas trabajan en esta comunidad como peones en la búsqueda de oro, unos abren túneles, otros acarrean broza, otros la pulverizan y al final el metal preciosos cae en manos de compradores de Choluteca.
Extraer 60 gramos de oro representa un gran sacrificio para los trabajadores, quienes laboran en los túneles a temperaturas muy altas y bajo el riesgo de quedar atrapados, como ocurrió ayer cuando once personas quedaron soterradas y actualmente se lucha para rescatarlos.
En mayo del 2011, EL HERALDO en un trabajo exclusivo en la zona, advirtió del peligro de que en algún momento sucediera un desastre por algún derrumbe en cualquiera de los túneles; sin embargo, ninguna autoridad tomó medidas de precaución.
En esta zona donde no hay empleo, de acuerdo con autoridades municipales, de la búsqueda de oro viven tanto directa como indirectamente alrededor de tres mil familias, que no tienen otra opción de ingreso económico.
En esta zona se encuentran desde lavadores de oro que utilizan técnicas primitivas como el molinete y el cribado, así como otros más creativos que han inventado trituradoras que llaman 'molinos' y 'rastras'.