La comunidad indígena de Honduras despide este sábado a su defensora, Berta Cáceres, bajo un manto de tristeza, dolor y lágrimas que invade a toda La Esperanza, Intibucá.
Entre aplausos, flores y oraciones, una multitud de hondureños dieron el último adiós a la líder hondureña asesinada el pasado jueves.
Los restos de Cáceres fueron llevados a eso de las 11:00 de la mañana a la ermita lenca La Gruta, para recibir los oficios religiosos, en presencia masiva del pueblo lenca y otras etnias.
Además, sus cuatro hijos comparecieron este sábado en una conferencia de prensa para referirse al asesinato de su madre. En su comparecencia pidieron que una comisión internacional investigue el crimen.
'Justicia, justicia'
Los miembros del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) demandaron la noche del viernes, a través de una conferencia de prensa, que se investigue el asesinato de la activista hondureña.
Los indígenas exigieron al gobierno que firme un acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para garantizar una investigación limpia y transparente.
Entre sus demandas puntuales está que no consideren la muerte de la lidereza lenca como un crimen pasional, sino político.El pronunciamiento fue apoyado por los cuatro hijos de Cáceres: Laura, Berta, Salvador y Oliva Zúniga, quienes exhortaron a los pueblos indígenas a luchar por el legado de su madre.
El mismo viernes, en La Esperanza, cientos de indignados activistas del movimiento social velaban el féretro con los restos de la ambientalista indígena, criticando al gobierno por no haberla protegido pese a recibir amenazas de responsables de una empresa que pretende construir una represa en un río de la zona.
'Vamos a continuar la lucha de ella contra este sistema depredador', afirmó Norma Cruz, del Partido Socialista de los Trabajadores, dirigiéndose a unas 300 personas reunidas bajo un toldo en el patio de la casa de Berta Flores, la madre de la dirigente asesinada, donde eran velados los restos.
'Justicia, justicia', 'Berta vive, la lucha sigue, sigue', coreaban unas 400 personas que protagonizaron una protesta por calles de la ciudad, acompasada por los tambores de activistas negros garífunas, que asistían a la vela.
Copinh denunció que a pesar de tener medidas cautelares dictadas por la CIDH, 'durante los últimos seis meses Berta recibió amenazas constantes cuya intensidad iba incrementando, disparos contra el carro, mensajes y amenazas verbales directas, por parte del ejército, la policía, el alcalde (de la zona de la represa) Raúl Pineda y la empresa DESA' por oponerse al proyecto hidroeléctrico.
Cáceres fue asesinada la madrugada del jueves en la ciudad de La Esperanza, Intibucá, unos 200 kilómetros al noroeste de la capital. Luego el cuerpo fue trasladado por las autoridades a Tegucigalpa para practicarle la autopsia y entregarlo a la familia.
La noche del jueves, más de mil personas despidieron en un centro social sindical de Tegucigalpa a la familia de la indígena lenca, coordinadora del Copinh, para trasladarlo a La Esperanza.
Mexicano fingió muerte
Copinh relató que Cáceres y el activista mexicano Gustavo Castro Soto, de la organización Amigos de la Tierra México y otras agrupaciones, 'fueron víctimas de una agresión con arma de fuego, lo que causó la muerte de Berta y lesiones graves a Gustavo'.
Explicó que un grupo de hombres armados entró por la puerta trasera de la vivienda y disparó contra ambos. 'Las primeras detonaciones fueron en contra de Berta provocando su muerte. Gustavo Castro recibió dos impactos de bala, uno de los cuales le rozo la mejilla y otro en la mano, rodando por el piso haciendo creer a sus atacantes que había muerto'.
La policía dijo que hay un sospechoso detenido y Copinh denunció que el arrestado es un miembro de esa organización identificado como Aureliano Molina, y considera que 'es posible notar' que pretenden acusarlo de 'cometer un crimen pasional (...) además de fabricar evidencia para señalar a otros integrantes del Copinh como culpables o cómplices del crimen'.
Sin embargo, el presidente Juan Orlando Hernández prometió que con ayuda de Estados Unidos investigará lo que denominó un 'crimen contra Honduras'.
También está detenido el guardia de la colonia donde se registró el crimen y un tercer hombre del que no se dieron detalles.
'El embajador de Estados Unidos, James Nealon, nos visitó y dijo que habló con el presidente (Hernández) ofreciéndole que es una petición de su gobierno y del presidente (Barack Obama) de poner todo el esfuerzo que sea necesario para esclarecer este crimen', dijo a la AFP el hermano de la víctima, Gustavo Cáceres.
Desde el flamante ganador del premio Óscar Leonardo DiCaprio hasta organizaciones ambientalistas en Europa, reclamaron al gobierno de Honduras esclarecer el asesinato de la ganadora del premio Goldman 2015.
'Increíble la triste noticia desde Honduras esta mañana. Debemos honrar la valiente contribución de Cáceres', escribió en un tuit DiCaprio.
'El asesinato de la líder indígena de Honduras, Berta Cáceres, es horrendo crimen', afirmó el secretario general de la OEA, Luis Almagro. 'Que se esclarezca ya', demandó.
'Hoy (el viernes) estuviera cumpliendo 45 años. No solo era mi hija sino que era mi amiga y compañera de lucha a la encaminé para que siguiera batallando para sacar adelante (a la gente de) las grandes necesidades que hay en este pueblo', afirmó Berta Flores, de 83 años, madre de Cáceres.