Honduras

'Era indiferente hasta que mi hijo lo vivió”

'Nunca sabemos cuándo vamos a necesitar ayuda, gracias a los ciclistas que darán su apoyo a estos niños”, dijo Gina Bautista.

07.04.2014

A simple vista nadie podría decir que regresó de la muerte.

Sus ojos vivaces, su dulce sonrisa y su extrovertida personalidad impedirían conocer que fue víctima de la leucemia meloide aguda, la que seis años atrás (2008) lo postró en una cama y amenazó con robar su felicidad. Al cumplir seis años de edad, Gustavo Andrés Miralda Bautista (12) fue diagnosticado con esta enfermedad, en la ciudad de La Ceiba.

Su madre Gina Bautista había acudido al médico porque su pequeño presentaba supuestos síntomas de dengue. “Dijeron que tenía que hacerse exámenes de sangre y salieron mal, hicieron un aspirado medular y salió que tenía la leucemia”, recordó la joven madre de 32 años.

Por unos minutos permaneció en silencio, agachó su mirada, sus ojos se llenaron de lágrimas y continuó...

“Yo no sabía a lo que mi hijo se estaba enfrentando, no sabía que era tan grave, en ese momento quería ser yo y no él”, dijo con voz quebrantada.

El pequeño Gustavo fue sometido a quimioterapias por un año, pero volvió a recaer.

“Con este tipo de leucemia era necesario hacer un trasplante de médula y desgraciadamente en Honduras no se realizan este tipo de trasplantes, pero Dios nos mandó un milagro”, explicó Bautista.

A la vida de Gustavo llegó una organización denominada Fundación Española para la Lucha contra la Leucemia (FELL).

“Viajamos a España para hacerle el trasplante, su hermano mayor donó la médula, la operación salió bien, pero Gustavo tuvo un rechazo”, relató.

El cuerpo del pequeño reaccionó y presentó una afección conocida como la enfermedad injerto contra huésped.

Es una complicación que puede ocurrir después de un trasplante de médula ósea o de células madre, en el cual el material recientemente trasplantado ataca el cuerpo del paciente receptor.

“Presentó un rechazo bien fuerte, él estuvo bien grave en España, pensé que moriría, pero hemos visto la mano de Dios en su vida”, comentó.

Luego de dos años de permanecer en la madre patria, Gustavo y su familia regresaron al país con el alivio de haber vencido la leucemia.

Sin embargo, Gustavo se apresta a comenzar una nueva lucha ya que debió ser ingresado a la sala de niños con cáncer en el Hospital Escuela Universitario para iniciarle nuevos estudios.

“Ahora estamos aquí, nuevamente, por un problema en los ganglios pero hay que hacer estudios, le están analizando los ganglios para ver si no es otro tipo de cáncer que tiene”, señaló Bautista.

Hace unas semanas su madre detectó en Gustavo una inflamación en forma de nódulo en el lado derecho de su garganta.

Los estudios a los que Gustavo será sometido tienen un alto costo y deben ser realizados en centros privados ante la precariedad y la falta de equipo del centro hospitalario.

Afortunadamente la Fundación Hondureña para el Niño con Cáncer ofrecerá a este menor y a su familia la ayuda económica que requieren.

“Yo les agradezco porque yo era indiferente hasta que mi hijo lo vivió, pensé que nunca me tocaría a mí, miraba los anuncios para apadrinar un niño y realmente era indiferente”, expresó Bautista.

Desde esta experiencia, la vida de la familia Miralda Bautista cambió, afortunadamente para bien de muchas personas que ahora inician una lucha con el granito de arena que ellos aportan.

“La ayuda nunca es suficiente, aquí se quedan hasta sin lo más básico, sin sueros, sin medicamentos para el vómito, ahora que conozco la realidad tengo apadrinados niños pero tuve que pasar por esto para darme cuenta de la necesidad”, finalizó.