Danlí, El Paraíso, Honduras
Para dedicarse a este empleo el primer requisito es ser un apasionado del café. Y es justo lo que demuestran 28 jovencitos, alumnos de la Escuela Taller de Danlí, al formarse en el fascinante mundo del barismo.
Los muchachos sueñan con convertirse en unos profesionales especializados en el café de alta calidad y crear nuevas bebidas y diferentes basadas en el grano de oro.
También aprender el arte de presentar las bebidas con el arte del latte.
Emprendedores
Merli Alfaro, instructora del taller de barismo, aseguró que los estudiantes tienen mucho talento y que muy pronto Danlí contará con nuevos profesionales en este arte del café.
“Ellos saldrán muy preparados para que trabajen en cualquier cafetería o emprendan sus propios negocios”, aseveró Alfaro.
El curso ya lleva un mes en práctica y se extenderá tres.
Según la instructora, los jóvenes aprenden a preparar bebidas frías y calientes como expresos americanos, capuchinos, latte, moca y todo lo que sea a base de café.
Aprovechando que Honduras tiene los mejores expositores de café en el mundo y que Danlí obtuvo el primer lugar en la Tasa de Excelencia, la Escuela Taller quiere explotar ese potencial en las futuras generaciones.
Shirley Flores es una de esos jóvenes talentos, quien pese a que viene de familia caficultora desconocía el mundo del barismo.
“Mis abuelos son de San Lucas y tienen fincas cafetaleras y la verdad nunca me había interesado por conocer más profesionalmente las bondades del café. Esta es la oportunidad de mi vida para especializarme en este bello oficio”, expresó.
La chica de 18 años está motivada, tanto que en un par de años pretende abrir su propia cafetería.
De momento ha aprendido sobre las enfermedades del café, el arte de la catación, del tueste claro y oscura.
“Estoy enamorada del oficio. He aprendido que el café no solo es el grano, somos nosotros, el trabajo de los caficultores, desde que se siembra hasta que se cosecha, somos productores y nos sentimos orgullosos de ello”, comentó.
La estudiantes quieren enseñarle a los hondureños a tomar buen café y es por eso que se están preparando para luego replicar los conocimientos en casa y que luego lleguen a sus clientes.
Para dedicarse a este empleo el primer requisito es ser un apasionado del café. Y es justo lo que demuestran 28 jovencitos, alumnos de la Escuela Taller de Danlí, al formarse en el fascinante mundo del barismo.
Los muchachos sueñan con convertirse en unos profesionales especializados en el café de alta calidad y crear nuevas bebidas y diferentes basadas en el grano de oro.
También aprender el arte de presentar las bebidas con el arte del latte.
Emprendedores
Merli Alfaro, instructora del taller de barismo, aseguró que los estudiantes tienen mucho talento y que muy pronto Danlí contará con nuevos profesionales en este arte del café.
“Ellos saldrán muy preparados para que trabajen en cualquier cafetería o emprendan sus propios negocios”, aseveró Alfaro.
El curso ya lleva un mes en práctica y se extenderá tres.
Según la instructora, los jóvenes aprenden a preparar bebidas frías y calientes como expresos americanos, capuchinos, latte, moca y todo lo que sea a base de café.
Aprovechando que Honduras tiene los mejores expositores de café en el mundo y que Danlí obtuvo el primer lugar en la Tasa de Excelencia, la Escuela Taller quiere explotar ese potencial en las futuras generaciones.
Shirley Flores es una de esos jóvenes talentos, quien pese a que viene de familia caficultora desconocía el mundo del barismo.
“Mis abuelos son de San Lucas y tienen fincas cafetaleras y la verdad nunca me había interesado por conocer más profesionalmente las bondades del café. Esta es la oportunidad de mi vida para especializarme en este bello oficio”, expresó.
La chica de 18 años está motivada, tanto que en un par de años pretende abrir su propia cafetería.
De momento ha aprendido sobre las enfermedades del café, el arte de la catación, del tueste claro y oscura.
“Estoy enamorada del oficio. He aprendido que el café no solo es el grano, somos nosotros, el trabajo de los caficultores, desde que se siembra hasta que se cosecha, somos productores y nos sentimos orgullosos de ello”, comentó.
La estudiantes quieren enseñarle a los hondureños a tomar buen café y es por eso que se están preparando para luego replicar los conocimientos en casa y que luego lleguen a sus clientes.