Tegucigalpa, Honduras
Las 60 vacas supuestamente robadas de la hacienda Las Piedras, de Ramón Matta Waldurraga, que estaban aseguradas y bajo la responsabilidad de la Universidad Nacional de Agricultura (UNA), fueron destazadas en la Procesadora Metropolitana de Carne (Promdeca).
El 10 de septiembre de 2016, la UNA, representada por Kenny Sirey Nájera Aparicio, recibió de David Humberto Soto, representante de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI), la administración de la mencionada hacienda, ubicada en San Esteban, Olancho.
Esta propiedad había sido asegurada en el 2014, luego de una resolución emanada el 24 de julio de ese año por el Juzgado de Letras de Privación de Dominio de Bienes de Origen Ilícito con Jurisdicción Nacional. La UNA recibió la finca con un inventario de 644 cabezas de ganado.
Sin embargo, el 9 de octubre de 2016, el ingeniero agrónomo Gerardo Alfredo Hernández Moya acudió a la oficina de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), situada en Catacamas, denunciando que el sábado 8 de octubre de 2016, aproximadamente a las 10:00 de la noche, personas desconocidas se introdujeron a la finca Las Piedras por la parte de la secadora de arroz y se robaron sesenta vacas propiedad de la UNA y dejaron rastro en una quebrada.
Para ese entonces la finca estaba bajo la vigilancia de ocho militares, que tras el hecho fueron retirados. Extrañamente, la denuncia fue interpuesta tres días después de que los animales habían sido pelados en el matadero y puestos a la disposición de los consumidores capitalinos.
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Seguimiento
Las autoridades policiales acudieron a la hacienda y encontraron la cerca cortada, pero el hecho que tenía apariencia de robo no los convenció e iniciaron una serie de indagaciones, encontrando que el 30 de septiembre de 2016 el señor Asdrúbal Humberto Mejía Sobalvarro, presunto representante legal de Matta Waldurraga, había tramitado en el Departamento de Justicia Municipal de San Esteban las cartas de venta, así como las guías de traslado del ganado presuntamente robado.
Las guías de exportación indicaban que las reses saldrían de San Esteban el 1 de octubre de 2016.
En la Alcaldía, las autoridades explicaron a los investigadores que la documentación se extendió porque Mejía Sabalvarro tenía poder de representación de Matta Waldurraga y que además la OABI nunca les había comunicado que el ganado, que tenía dos tipos de fierro, estaba incautado.
Como evidencia del trámite, los agentes decomisaron los libros de registro del Departamento de Justicia Municipal.
Igualmente, los investigadores identificaron que el ganado se había vendido a dos compradores de la zona. Tras ubicarlos les tomaron declaración.
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Uno de ellos manifestó que el 25 de septiembre de 2016 recibió una llamada de Mejía Sobalvarro en el que le manifestó que tenía cuatro camionadas, de 15 vacas cada una. Tras pactar la adquisición de dos camionadas, el comprador llamó a Promdeca para solicitar que se le destazara el ganado el 5 de octubre. Similar testimonio rindió el otro comprador.
Los investigadores acudieron al desolladero, donde encontraron las cartas de venta, las guías y los certificados de los fierros (marcas que se les pone al ganado) que son los documentos que la procesadora exige a los clientes que pagan para que se les brinde el servicio de destace de semovientes.
El gerente de Promdeca, Carlos Cruz, confirmó que un equipo de la DPI llegó a verificar si el ganado había sido sacrificado en esa procesadora, recopilando la documentación con que ingresó el ganado.
Los animales fueron ingresados a la procesadora de forma legal, pues llevaron las cartas de venta y las características de cada uno -el fierro, el color, descritas en los documentos- coincidían. Además se presentaron los certificados originales y las guías de exportar ganado. Estos son los tres documentos que se exigen para el ingreso de todo semoviente destinado al destace y fueron recogidos por la DPI, explicó Cruz.
El gerente lamentó que esto se de porque la OABI no le notifica a la procesadora que semovientes con determinados fierros no deben ser sacrificados porque están asegurados a una persona. Él explicó que Promdeca no compra ganado, lo único que hace es el destace, por el cual cobra una cuota. La persona que paga por destace ya tiene compradores y solo viene a entregar la carne, añadió.
La DPI tras concluir su investigación la remitió a la Fiscalía de Juticalpa, de donde fue enviada a la Fiscalía de Catacamas. EL HERALDO le consultó a una fiscal asignada en Catacamas sobre el por qué después de 16 meses no se han presentado requerimientos y la respuesta fue que en esa oficina no había ningún caso relacionado con el robo de esas vacas.
Actualmente, 57 de las 60 vacas desaparecidas de la hacienda Las Piedras son reclamadas por la sociedad mercantil Inversiones Transgen Honduras y no solo exigen la devolución del ganado sino también los nacimientos, dijo una autoridad de la UNA.