TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las pláticas de amistad y de trabajo que solían hacer en reuniones sociales o en las salas de los tribunales continúan. Sin embargo, el escenario de esas conversaciones ya no es en hoteles lujosos o el en extranjero, ahora es en una celda del Primer Batallón de Infantería. Ahí están recluidos cuatro de los seis exmiembros del Consejo de la Judicatura.
Se trata del expresidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y del desaparecido órgano, Jorge Rivera Avilés. Asimismo el vicepresidente del Consejo de la Judicatura, Teodoro Bonilla, quien ya paga una condena de seis años de prisión en el Primer Batallón de Infantería.
Este imputado fue sentenciado en septiembre de 2017 por el delito de tráfico de influencias en el caso Shalom. A su vez, los exconcejales José Francisco Quiroz y Celino Aguilera. Por otra parte, la exconcejal Liliam Maldonado fue enviada a la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) en Támara. La jueza de primera instancia se los comunicó la mañana del miércoles en la audiencia de notificación de cambio de medidas sustitutivas.
Lea también: Mandan a prisión los exconcejales por corrupción en Honduras
Lo anterior fue por la determinación de la Corte de Apelaciones en Materia de Corrupción que les dictó prisión preventiva el pasado 27 de julio y lo ratificó el 1 de agosto.
El exconcejal Julio Barahona todavía está pendiente de ser notificado, ya que él presentó un escrito a la jueza para solicitar un permiso para presentarse después. La razón se debe a que su madre está grave en un hospital y su padre murió recientemente. Si él no hubiera solicitado ese permiso, se le habría girado una orden de captura.
El Ministerio Público (MP) los acusa por los delitos de malversación de caudales públicos y abuso de autoridad. Según las investigaciones, ellos desviaron 13.5 millones de lempiras del presupuesto del Poder Judicial en su gestión.
Distribución
Los exconcejales llegaron a la audiencia sabiendo que iban a ser enviados a prisión.
En el caso de Jorge Rivera Avilés llegó preparado al Juzgado en Materia de Corrupción con su maleta, llena de ropa y objetos personales.
Una vez que finalizó la audiencia, alrededor de las 10:00 de la mañana fueron trasladados al Primer Batallón de Infantería y a PNFAS, respectivamente.
“Ellos comparten celdas, el abogado Celino Aguilera comparte con el abogado Jorge Rivera Avilés y el abogado Teodoro está en otro módulo con el abogado Quiroz”, informó a EL HERALDO el subdirector del Instituto Nacional Penitenciario (INP), German Mcniel. La unidad militar consta de tres módulos y los exconcejales fueron colocados aparte para que no se relacionaran con otros implicados de otros casos.
A su alrededor no están ubicados otros reclusos, se mantienen aislados. “Ella (Liliam Maldonado) fue colocada en un lugar aparte (de PNFAS) porque ella fue jueza, entonces no se le puede vincular con personas”, expresó Mcniel.
De interés: Presentan proyecto de Ley para aumentar el precio de la cerveza
Agregó que se están tomando las medidas de seguridad para no arriesgar su integridad física. “Están aparte por la investidura que ellos tuvieron de jueces, magistrados, que en su momento estuvieron impartiendo justicia y no los podemos vincular con otras personas a los que ellos quizá condenaron porque sería exponerlos”, dijo el funcionario.
Agregó que en ningún momento se les está dando privilegios o preferencias, solo que se les brinda más seguridad. La primera noche que los exconcejales pasaron en prisión fue fría y amaneció nublado.