TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Son varios los factores clave que se están presentando en la víspera de las elecciones primarias de 2025 en Honduras, desde el control del oficialismo sobre el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la nula voluntad política para aprobar profundas reformas electorales.
A estos se le suma el inicio del año electoral, que se oficializará este 8 de septiembre, la asunción de los nuevos consejeros del CNE; entre ellos Marlon Ochoa, el control del actual gobierno en áreas clave como la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), entre otros.
Control total del CNE
El 11 de septiembre de 2024, Marlon Ochoa, actual ministro de la Secretaría de Finanzas (Sefin), dejará este cargo para asumir como consejero propietario del CNE.
Algunos diputados y analistas temen que Ochoa juegue a favor del partido Libertad y Refundación (Libre) en el nuevo puesto y no en beneficio de la democracia.
“Esa es una estrategia de Libre para tener el control, así como lo hicieron con la Sala de lo Constitucional”, opinó la analista Julieta Castellanos, también exrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
“Él es juez y parte, pero a él lo puso Rixi a hacer los mandados y no a luchar por el pueblo, sino por un partido”, aseguró el ahora diputado del Partido Liberal (PL), Edgardo Castro.
Control de la Sala de lo Constitucional
Julieta Castellanos opinó que detrás del golpe a la Sala de lo Constitucional gestado en febrero pasado está el hecho de que “Libre quiere tener la presidencia de la Sala en 2026 porque es ahí donde llegarán las impugnaciones de las elecciones de 2025”.
Advirtió que la rotación impuesta por las autoridades de la CSJ es para que el Partido Liberal (PL) asuma la presidencia de la Sala en 2024, el Partido Nacional (PN) lo haga en 2025 y que Libre tenga el control en 2026.
“El año clave para Libre es tener el control en 2026 porque las elecciones son en noviembre de 2025 y las impugnaciones llegarán en 2026 a esta sala”, agregó.
Efecto Venezuela
La crisis desatada en Venezuela debido al fraude del dictador Nicolás Maduro, que le permitió mantenerse en el poder, podría inspirar a Libre a implementar prácticas similares en las elecciones en Honduras, siendo los comicios primarios un posible ensayo.
“Libre aplicará los mecanismos, estrategias y tácticas basándose en el comportamiento de allá”, alertó Raúl Pineda Alvarado.
Honduras es uno de los pocos países que mantiene una estrecha relación con el régimen de Nicolás Maduro, quien se agenció un triunfo en medio de fuertes denuncias por fraude electoral.
La cercanía de las Fuerzas Armadas de Honduras y de la Secretaría de Defensa con militares venezolanos, entre ellos Vladimir Padrino (acusado de narcotráfico por Estados Unidos), despertó el cuestionamiento de diferentes sectores de la sociedad civil, la oposición política y la comunidad internacional.
“Condenamos firmemente la complicidad del gobierno de Xiomara Castro en Honduras por su apoyo a la dictadura en Venezuela. Es inaceptable que se hagan de la vista gorda ante el monumental fraude electoral, los secuestros, torturas, asesinatos e intimidaciones que ocurren en Venezuela. Observamos con gran preocupación la falta de medidas enérgicas contra quienes usurpan la democracia venezolana”, cuestionó el dirigente nacionalista, Rodolfo Zelaya.
También, la embajadora de Estados Unidos, Laura Dogu, cuestionó el acercamiento lo que conllevó a la presidenta Castro a denunciar el tratado de extradición.
Voto electrónico y reformas electorales
La falta de voluntad política para aprobar el paquete de reformas electorales y el voto electrónico dejan un vacío en, por ejemplo, la figura de la reelección presidencial, que hasta ahora sigue abierta para una gestión sin límites.
Desde otro ángulo, esto es visto como “una carta que tiene bajo la mesa Libre, un plan de contingencia. (Ellos buscarían) un segundo fallo ratificando la reelección presidencial, pero también hay inhabilidades para los parientes de la presidenta, entonces esto es una posibilidad para ellos”, externó Pineda Alvarado.
Al no haber hasta el momento nuevas reformas, los próximos procesos electorales a celebrarse en 2025 deberán ser regidos por el marco jurídico actual utilizado en las elecciones de 2021.
Debido a la falta de tiempo para hacer las reformas necesarias, en las próximas elecciones no se podrá implementar la segunda vuelta electoral, la separación de las elecciones por cargo ni la ciudadanía en las mesas electorales.
Las reformas constitucionales deben ser aprobadas por mayoría calificada, es decir, por 86 votos o más, y deben ser ratificadas en la legislatura siguiente para que puedan entrar en vigencia.
