Mientras que en Norte América, Nueva York y varias ciudades de los Estados Unidos viven la Navidad más caliente jamás registrada e inundaciones y tornados extremos han causado más de 40 muertos en estados como Nuevo México, Texas, Oklahoma, Missouri e Illinois.
En México se experimentan nevadas inusuales y en Sudamérica las peores lluvias e inundaciones de las últimas décadas han dejado más de 170 mil evacuados en Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay, registra la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, UNISDR - Las Américas.
Estos acontecimientos, ligados a la “peor fluctuación climática global de los últimos 15 años” según la Organización Meteorológica Mundial (WMO por su siglas en inglés), son una consecuencia de “El Niño - Oscilación Sur” (ENOS).
Se trata de un patrón climático recurrente que implica variaciones en la temperatura habitual de las aguas en la parte central y oriental del Océano Pacífico tropical, en períodos que van de tres a siete años, afectando directamente a la distribución de las precipitaciones en las zonas tropicales y puede tener una fuerte influencia sobre el clima en otras partes del mundo.
Tan solo en Paraguay y pese a que en noviembre pasado, la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) anunciara que de acuerdo a los pronósticos, la tendencia de El Niño sería comportarse de fuerte a moderado en los próximos meses.
Tras la crecida del río Paraguay durante la semana de Navidad, se registraron 130 mil evacuados y cuatro personas murieron aplastadas por árboles en Asunción, su capital, declarada en estado de emergencia junto con 7 departamentos y en donde el gobierno nacional decretó que se destinen 3.5 millones de dólares en acciones de respuesta.
De acuerdo a fuentes oficiales, la región más golpeada fue la zona ribereña cercana a Asunción, donde cerca de 90 mil personas debieron dejar sus hogares y los pronósticos vaticinan más precipitaciones para los próximos días en este país de 6.8 millones de habitantes. “El río (Paraguay) está cerca de los ocho metros de altura.
Ni los peores pronósticos indicaban que en diciembre podíamos alcanzar esos niveles”, dijo Julián Báez, titular de la Dirección de Meteorología e Hidrología.
Asimismo, dos personas perdieron la vida y 20 mil fueron evacuadas en tres provincias de Argentina, en las que la inundación del río Uruguay rebasó lo previsto por las autoridades al impactar el estado brasileño de Rio Grande do Sul, donde más de 9 mil personas resultaron afectadas, al tiempo que en Uruguay se registraron más de 9 mil desplazados, según informes del Sistema Nacional de Emergencia (SINAE).
Cabe resaltar que según expertos, El Niño y La Niña se están volviendo más frecuentes e intensos por cuenta del cambio climático, pues un planeta más caliente intensifica el ciclo hidrológico en la medida en que hay más energía en el planeta para estos fenómenos.
En esta línea, según estimaciones de la WMO, los efectos de El Niño son los más virulentos desde 1950 y podrían continuar hasta el primer trimestre del 2016, al respecto, las autoridades en Estados Unidos alertan sobre más tormentas y tornados mientras que el presidente de Paraguay, Horacio Cartes se refirió a la crecida del río que se prevé para marzo de 2016 e insistió en la necesidad de buscar soluciones definitivas.
“Hasta ahora, venimos parchando y cada inundación nos sorprende de la misma manera; esto tiene que culminar”, remarcó.
¿Por qué “El Niño”?
El nombre de El Niño (refiriéndose al niño Jesús) fue dado por los pescadores peruanos a una corriente cálida que aparece cada año alrededor de diciembre frente a las costas de Perú y Ecuador, mes en el que se celebra la Navidad cristiana.
Lo que ahora llamamos El Niño les pareció como un evento más fuerte de la misma, y el uso del término se modificó para hacer referencia sólo a los hechos irregularmente fuertes.
No fue hasta la década de 1960 que se notó que este no era un fenómeno local, y se le asoció con cambios en todo el Pacífico tropical y más allá. La fase cálida de El Niño suele durar aproximadamente entre 8-10 meses.
El ciclo dura generalmente entre 3 y 7 años, y con frecuencia incluye una fase fría (La Niña) que puede ser igualmente fuerte, así como algunos años que no son anormalmente fríos ni cálidos.
Sin embargo, el ciclo no es una oscilación regular como el cambio de estaciones, pudiendo ser muy variable tanto en la intensidad como en su duración.
El actual evento de El Niño ha ocasionado una de las peores sequías de las últimas décadas en gran parte de Centroamérica y Haití, con probabilidad que se extiende hasta inicios de 2016.
Según el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN), las anomalías de El Niño podrían alcanzar su máxima intensidad entre noviembre del 2015 y enero del 2016, presentar un repunte el primer trimestre del año entrante y extenderse durante los primeros meses del 2016, manifestándose con déficit de lluvias en Centroamérica, el Caribe, el noreste y centro de Brasil, Colombia y litoral de Venezuela, así como lluvias sobre lo normal en la costa de Ecuador, Amazonía norte de Perú, parte central de Chile, Uruguay y sur de Paraguay.
Para Rodney Martínez, Director Internacional del CIIFEN, “El Niño demuestra en cámara rápida lo que el cambio climático está haciendo al planeta y permitirá conocer la efectividad de las inversiones realizadas en adaptación al cambio climático, poniendo a prueba los sistemas nacionales de gestión del riesgo de desastres y en evidencia los avances logrados y los problemas pendientes de solución”.