TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Los niños y adolescentes que pertenecen a grupos indígenas y afrohondureños del país se encuentran en vulnerabilidad.
La mayoría no tienen acceso completo a los servicios de salud, ni a una educación de calidad.
Los retos a los que se enfrenta esta población son; aumentar la cobertura educativa, tener acceso a la justicia, combatir la desnutrición y los embarazos en adolescentes.
El total de la población indígena y afrohondureña es 1,354,200 personas, el grupo étnico que más habitantes tiene son los garífunas con 650,000 personas.
Las estadísticas brindadas por la organización Ayuda en Acción revelan que el 83%, o sea 1,123,986 niños indígenas, abandonan la escuela después de la primaria.
El secretario de Educación, Marcial Solís, manifestó que “iniciaremos con procesos nuevos de formación en La Mosquitia y vamos a convertir a seis escuelas en modelo de educación adaptado a la realidad de la situación y ver cómo ayudamos a los grupos indígenas del país”.
De esta población solo el 3.5%, que son 47,397 jóvenes tienen acceso a una educación superior, ya sea pública o privada.
“Trabajar es en ampliar la cobertura a nivel nacional y en especial a las comunidades indígenas”, declaró Solís.
El encargado del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh), Wilfredo Méndez, manifestó que “con la población indígena tenemos graves problemas porque la exclusión, marginación y denigración suenan constante, pero el problema es que no se ha invertido en la niñez como se debe”.
Lo que los niños pertenecientes a los grupos indígenas han solicitado es que se mejore el acceso a la educación y mejor cobertura en el área de salud.
“Las autoridades prefieren invertir en armas que en educación”, lamentó Méndez. De las familias de esta comunidad el 69% viven en pobreza, ya que no tienen acceso a los servicios básicos, de estas familias al día sobreviven con menos de 60 lempiras, según Ayuda en Acción.