Honduras

Honduras, el más afectado por zika en Centroamérica

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28.07.2016

Tegucigalpa, Honduras
Con dificultad para caminar, apoyada del brazo de su esposo y tocándose la barriga de cuatro meses de embarazo Ingrid Velásquez ingresa a la sala de rehabilitación del Hospital Escuela Universitario (HEU).

Ella es una de las 502 mujeres embarazadas que han presentado los síntomas de zika y que ahora corren el riesgo de que su bebé nazca con microcefalia como los nueve pequeños que vinieron al mundo esta semana con la condición neurológica.

La joven de 23 años, como las demás, es parte de las estadísticas que hacen que Honduras se posicione como la nación más afectada de Centroamérica por el virus tropical zika.

Según datos oficiales, Honduras tiene 27,869 casos de la enfermedad con 502 mujeres embarazadas infectadas y nueve casos de bebés nacidos con microcefalia a causa del zika, hasta la fecha.

No obstante, El Salvador, siendo el primer punto de llegada del virus en toda la región de América Central, tiene 7,000 casos de zika, con 330 embarazadas infectadas, de las cuales cuatro dieron a luz a un bebé con microcefalia.

Guatemala, por su parte, registra 2,076 personas con zika, 109 gestantes afectadas y cuatro bebés con microcefalia.

En el caso de Nicaragua, las cifras dicen que tiene 692 casos de zika, de los cuales 37 están en estado de embarazo y hasta el momento sin reportes de nacimientos anormales.

La nación de Costa Rica revela que de sus 312 casos de zika, 10 son embarazadas y de ellas un bebé ha nacido con problemas.

Foto: El Heraldo

Según Patricia Segurado, asesora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los índices de afectación no son iguales para todas los países, ya que esto depende del sistema de vigilancia que tenga cada uno de ellos.

“No se puede decir con exactitud por qué hay más casos en un país que en otros, las mediciones varían de un país a otro, puede ser que tengan sistemas de vigilancia diferentes”, dijo la experta en Salud Ambiental.

“Estamos conscientes que hay un riesgo, pero primeramente Dios va a nacer sano, porque no es justo que vengan a sufrir los niños y nosotros de padres sufrimos también, le vamos a dar lo mejor que podamos y darle todos los controles y vacunas necesarias”, declaró la joven embarazada.

Otras complicaciones
El temor de Ingrid es comprensible, la vida de un pequeño con microcefalia no es nada fácil, ni para él ni para sus padres.

La microcefalia es un trastorno neurológico poco frecuente en la que la cabeza del bebé es mucho más pequeña que las cabezas de los otros niños de la misma edad y sexo. A veces se detecta al nacer, y es generalmente el resultado de un desarrollo cerebral anormal en el útero o que no está creciendo como debería después de nacer.

Según el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Marco Tulio Medina, la microcefalia es una enfermedad sumamente cara y compleja de tratar, más en un país en donde los casos son poco frecuentes.

“Los bebés pueden nacer con múltiples complicaciones, no solo es el hecho de la microcefalia, pueden tener complicaciones visuales, auditivas, del habla, pueden nacer con epilepsia y no hay un tratamiento que cure la condición, esto realmente se vuelve una tragedia para las familias”, manifestó.

En el caso de Ingrid, tanto ella como su pareja son de escasos recursos y lo único que le piden a Dios es que su hijo crezca sano.

Foto: El Heraldo

Un drama
Para Ingrid, el cuadro de alergia y la fiebre fue el menor de los males que causó el zika en su vida, su propósito de estar en la sala de rehabilitación es que debido al virus su cuerpo dejó de responderle, ya que padeció del síndrome de Guillain-Barré.

Ella agradece que su bebé se haya gestado después de sufrir la parálisis.

“Cuando me pegó eso (Guillain-Barré) se me durmió el cuerpo y después me pegó una alergia, después me pegó un piquete en la cabeza y fue cuando se me durmió el cuerpo y ya no podía caminar”, recordó.

A raíz de las sesiones de terapia física que le han brindado los especialistas en el área de Rehabilitación del HEU, la joven está recuperándose poco a poco.

De no poder ni cerrar los ojos, la paciente ya puede mover sus articulaciones y caminar gracias a las terapias que ha recibido.

Foto: El Heraldo