TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El gobierno de Honduras prorrogó por seis meses más el estado de emergencia sanitaria con el objetivo de abastecer de medicamentos e insumos los centros hospitalarios de la red pública del país.
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A través del PCM 04-2023 se estableció continuar comprando medicamentos de manera directa, un método que inició en junio de 2022 y que no ha dado buenos resultados.
“Prorrogar la Declaratoria del Estado de Emergencia Sanitaria en todo el sistema de salud pública a nivel nacional por el 2023, con el propósito de garantizar el cumplimiento del derecho constitucional a la salud, asegurando la provisión de servicios, insumos, medicamentos y la atención oportuna de la población”, señala el decreto divulgado en el Diario Oficial La Gaceta.
Asimismo, instruyen a la Oficina Normativa de Contratación y Adquisiciones del Estado (ONCAE) para que “emita una guía rápida de procedimiento para las contrataciones directas en el sistema de salud pública con el fin de acelerar los procesos de contratación en beneficio de la ciudadanía en general”.
Compras directas
Los centros asistenciales del país han sido muy afectados desde que la adquisición de los medicamentos pasaron a ser por medio de compras directas y no por fideicomisos.
El ministro de Salud, José Manuel Matheu, comenzó en junio el proceso para adquirir los fármacos mediante dicho método, sin embargo, estos tardan entre cinco a seis meses en obtenerse de forma completa.
Helga Codina, presidenta del Colegio Médico de Honduras (CMH), indicó que con la compra directa ha repercutido negativamente el sistema sanitario desde el 2022.
“No es que no estemos de acuerdo de que hayan quitado el fideicomiso, claro que sí, pero se debió de haber estado preparado con personal capacitado para cumplir con esa función y la Sesal no lo tiene porque por eso está la escasez”, manifestó.
Agregó que Salud informó que de acuerdo con la velocidad de las gestiones de la compra de medicamentos, hasta en junio de este año habrá un porcentaje aceptable de medicamentos en los diferentes establecimientos de salud.
Con la situación anterior, las personas de escasos recursos son las más afectadas, pues ellos son los únicos que llegan a los hospitales y centros públicos para recibir sus medicamentos y a la hora de llegar a la ventanilla de la farmacia lo único que reciben como respuesta es un “no hay”.