Tegucigalpa, Honduras
La violencia generalizada no escoge sus víctimas y en los últimos meses también han caído, aunque algunos no en el cumplimiento de su deber, varios operadores de justicia del país.
El combate contra la criminalidad y la desarticulación de muchas organizaciones ilícitas podría ser una de las razones por las que el crimen organizado ha tenido como blanco a estos operadores de justicia de los distintos entes, tanto policiales como militares.
Indicativo de esta teoría es la muerte violenta de dos agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), dos más de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA), un integrante de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) y la más reciente de un técnico en balística del Ministerio Público (MP).
Ante todos estos asesinatos de agentes de las fuerzas públicas, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) emitió un comunicado oficial el pasado 21 de febrero del presente año alertando sobre el inminente peligro en las calles e indicando que deben tomar medidas de seguridad.
En de los casos de
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El escrito redactado por Fusina detalla la intención de la delincuencia común de asesinar a personal militar y policial, pero también a ciudadanos civiles que porten armas de fuego.
Esto en represalia a las numerosas incautaciones de arsenales que las autoridades han efectuado al crimen organizado, así como a maras y pandillas en el pasado reciente, y las recientes reformas realizadas al Código Penal.
Agentes caídos
La primera muerte en los recurrentes ataques contra las autoridades se produjo el jueves 22 de diciembre en la colonia Lomas del Cacao, de San Pedro Sula. Ahí fue ultimado el agente de la FNA, Erick Nahún Zúniga Tábora, en un enfrentamiento contra pandilleros cuando pretendían realizar la captura de varios extorsionadores.
La operación encubierta era efectuada por dos agentes, sin embargo, su acompañante a pesar de que también fue herido logró sobrevivir al ser atendido en un centro médico.
Iniciando el 2017 continuaron los embates.
El 5 de enero en la aldea Casa Quemada, de Cofradía, Cortés, otro agente asignado a la FNA, el capitán de la Fuerza Aérea Hondureña Dennis Mauricio Valdez Rodas, fue asesinado cuando daban persecución a varios extorsionadores.
El mortal ataque ocurrió en una emboscada perpetrada por miembros de estructuras criminales en la cual resultaron gravemente heridos dos miembros de la FNA, entre ellos el capitán y el agente de la Dirección Nacional de Investigación e Inteligencia (DNII), Eduard Licona, quien finalmente se recuperó de las lesiones.
Pero el militar murió minutos después de ser ingresado a la emergencia del Hospital Militar en San Pedro Sula debido a la gravedad de las heridas causadas en la región abdominal.
En el interior de un bus rapidito, en el anillo periférico de Tegucigalpa, un oficial de las Fuerzas Armadas fue herido a manos de delincuentes por despojarlo de su arma de reglamento.
El fallecido fue identificado como José Daniel Espinal Borjas, hecho ocurrido el 28 de enero a inmediaciones de la colonia Las Uvas.
211personas han sidocapturadas en el 2017, por extorsión. |
El joven oficial fue llevado en el mismo bus que fue tiroteado hasta el Hospital Militar de esta ciudad, pero expiró a pocos minutos, cuando era intervenido por los médicos.
Las agresiones volvieron a repetirse el 4 de febrero cuando hombres armados con fusiles acribillaron al agente de la DPI, Nelson Benítez Ortiz, en el momento que este ingresaba a su vivienda ubicada en el sector del barrio La Granja, en la capital.
Benítez Ortiz venía de comprar artículos de consumo de un supermercado, los delincuentes esperaron que los demás miembros de la familia entraran a la casa para luego descargar sus armas contra la humanidad del agente.
Tan solo dos días después otro integrante de las filas de la DPI fue raptado en la colonia La Fuente y luego ultimado a disparos en las cercanías de la cortina del embalse Los Laureles, en esta ciudad.
El occiso respondía al nombre de Dennis Roberto Hernández.
Las cifras se engrosaron aún más cuando se produjo la muerte del técnico en balística del Ministerio Público, Cástulo Osman sorto García, el profesional fue acribillado producto de la criminalidad el pasado 28 de febrero en el bulevar del Sur, frente al Colegio de Abogados, en la ciudad de San Pedro Sula.
Y la última muerte violenta, por el momento, de agentes de las distintas unidades policiales y militares ocurrió la noche del 11 de marzo en la colonia Melgar, sector de El Danto, de La Ceiba.
Allí fue ultimado el subteniente de caballería Gustavo Adolfo Zelaya Iscoa, asignado a la Fuerza Nacional Antiextorsión de esa ciudad, cuando junto a varios compañeros intentaba dar captura a extorsionadores.