Los estudiantes que promueven las protesta en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) han cambiado el rumbo de su lucha.
Ahora no solo están contra de la regulación de las unidades valorativas, sino que también piden la instalación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIH).
En un comunicado emitido este lunes por los llamados “Integrantes de la Mesa Amplia de Estudiantes Indignados”, se detalla entre sus peticiones la instalación de este organismo y el rechazo al diálogo propuesto por el gobierno.
Textualmente el inciso dice: “Queremos aclarar que rechazamos el diálogo nacional convocado por el gobierno central, ya que este, incluyendo al presidente de la República en contubernio con un sector de la empresa privada, están coludidos con el voraz robo del Seguro Social y otros casos de corrupción”.
“Por tanto, ningún estudiante que se presente a tal diálogo está avalado por nosotros y que él o tales no nos representan”.
“Además estamos exigiendo la instalación de la CICIH, en donde no exista intervención del gobierno y el pueblo tenga garantía de que quienes han cometido corrupción encuentren su lugar en las cárceles”, detalla el documento que fue leído por uno de los estudiantes que protagonizó ayer el cierre de las instalaciones de la UNAH en Tegucigalpa.
En este documento también rechazan la decisión de cancelar el período académico a los estudiantes de la carrera de odontología del valle de Sula.
Denuncian además que la “imposición de la tabla de unidades valorativas trae como consecuencia la exclusión sistemática de miles de estudiantes”.
En ese sentido señalan que las autoridades debieron primero “haber dado respuesta a la crisis que existe a nivel docente, apañándola con una simple evaluación estereotipada aplicada con mecanismos inadecuados; y del total desconocimiento de las condiciones socioeconómicas del estudiante universitario”.
Al concluir la lectura del documento, los estudiantes aseguraron a los medios de comunicación que determinaron tapar sus rostros “por temor a represalias”.
Tomas
Este lunes, las protestas de los jóvenes universitarios que iniciaron en el centro regional del valle de Sula se extendieron al Centro Universitario del Litoral Atlántico (CURLA), al Centro Universitario Regional Noroccidental (Curno) y a la ciudad universitaria en Tegucigalpa.
En estos centros los estudiantes determinaron cerrar portones y de esa manera suspendieron las clases y las actividades del personal que labora en estos sitios. De la misma forma continuó ayer el centro universitario de San Pedro Sula, pese a que las autoridades universitarias habían dado un ultimátum para que la entrega de las instalaciones se hiciera efectiva en horas de la mañana de ayer.
De no cumplir esta medida, las autoridades habían amenazado con cancelar el período académico, sanción que ya fue aplicada a los estudiantes de la carrera de odontología de ese centro, quienes iniciaron las protestas hace más de 15 días.
Pero ni esta medida ha logrado devolver la gobernabilidad de este centro.
A tempranas horas del día, Zaira Rodríguez, presidenta de la Asociación de Odontología del Valle de Sula, dijo que las instalaciones continuarán cerradas hasta que no se dé una respuesta a sus demandas.
En ese sentido, reiteró que buscan dejar sin valor y efecto la normativa que regula el número de unidades valorativas de acuerdo al índice académico, además piden inversión en infraestructura, dotación de equipo y maestros con capacidad pedagógica para enseñar.
Las unidades
De estas demandas, el punto toral han sido las unidades valorativas y es que, de acuerdo al oficio SCU-No-87-2015, a partir de 2016 los estudiantes con un índice de 0 a 39% solo podrán matricular 12 unidades valorativas.
Para aclarar el panorama, las unidades valorativas son el número de veces que el estudiante va a clases en la semana. Las clases en la universidad pueden tener en promedio de entre tres a cinco unidades valorativas. Es decir que un estudiante con promedio de 39% solo podría sacar tres clases, una de cinco unidades valorativas (de lunes a viernes) y dos de tres unidades (de lunes a miércoles), que en total son 11 unidades valorativas, dentro de las 12 que de acuerdo a la nueva norma le corresponden. El oficio también detalla que estudiantes con promedio de entre 40 y 59% pueden matricular 14 unidades valorativas, los de 60 a 69% pueden matricular 16 unidades.
También los estudiantes de 70 a 79 matricularían 20 unidades y de 80% en adelante pueden matricular el total de unidades valorativas de acuerdo al plan de estudio de cada carrera.
Lo oficial
Según la rectora de la UNAH, Julieta Castellanos, la medida busca mejorar la calidad educativa.
Explicó que solo en 2014 unos 36 mil estudiantes dejaron de asistir a sus clases, por lo que señaló que la regulación evitará que estudiantes se queden sin un cupo por otros que no cumplen con sus materias matriculadas.
Informó que como medida de compensación este trimestre se ampliará dos semanas más, pero aclaró que la medida no aplica para los estudiantes de odontología del valle de Sula.
Con respecto a la demanda de infraestructura y equipo de los estudiantes del valle de Sula, dijo que la UNAH ha invertido en este centro unos 348 millones de lempiras, por lo que desmintió que no hayan realizado obras de infraestructura en el centro.
Señaló que los estudiantes que protagonizan las tomas tienen un índice menor al 40% en el caso del valle de Sula y que en Tegucigalpa desconocen si realmente son alumnos de la UNAH, pues los frentes sostienen que no apoyan la toma.
Lamentó que en los últimos comunicados emitidos por la población estudiantil se incluyan temas que no coinciden con la agenda académica de la UNAH.
Reiteró que no se sentarán a dialogar mientras las instalaciones universitarias continúen cerradas. Castellanos aclaró que si la toma se extiende por dos, tres, cuatro semanas o un mes o más, las clases deberán recuperarse en igual período de tiempo y no los fines de semana, pues ni alumnos ni catedráticos cumplen estas disposiciones.
En ese sentido, dijo que el tiempo perdido tendrá que ser repuesto porque la UNAH no puede promover estudiantes que no estén debidamente capacitados.
“La falta de formación rigurosa hace que quienes reciben el servicio de un médico, de un arquitecto, de un ingeniero, de un psicólogo o cualquier otra profesión que sea... nosotros queremos tener la certeza de que son profesionales que tienen la formación de calidad y si se pierde un tercio del tiempo o 20% de una asignatura, se convierte en un vacío que no se puede sustituir”, manifestó.