TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En junio o julio se debería ver el primer efecto de la vacuna: que bajen las muertes en el grupo de los hondureños mayores de 75 años a causa del covid-19.
Al menos a esa conclusión se llega tras analizar el avance de la vacunación en Honduras y que fue el primer segmento poblacional —fuera del personal sanitario y de primera línea— en recibir la inmunización en su primera dosis.
De esta forma, en el país se debería estar replicando, en esos meses, lo que ocurre en otras naciones donde baja la curva de muertos en los segmentos que primero reciben la vacuna.
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Prioridad
Honduras definió en su plan de vacunación que los mayores de 75 años deberían ser uno de los grupos priorizados a recibir la fórmula debido a la alta vulnerabilidad ante el virus.
Según cifras analizadas por la Unidad de EL HERALDO Plus, en las personas que superan la barrera de los 75 años el covid-19 tiene una letalidad entre el 14% y 20% por ciento en Honduras.
Es decir, de cada cien contagios en este grupo, fallecen entre 14 y 20 personas. Como buena nueva, para mayo el país ya contaba con las dosis necesarias para inocularlos.
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El proceso empezó en las primeras semanas de mayo en la zona norte y a mediados del mismo mes en Tegucigalpa.
De los 146,130 hondureños fijados como meta en este grupo, solo se habían vacunado al cierre de mayo un total de 109,319, indican los reportes oficiales consultados por la Unidad de Datos.
Lo anterior representa un cumplimiento del 75 por ciento.
En algunas zonas y ciertos días, la demanda por vacunarse no llegaba a las expectativas al punto que las autoridades decidieron bajar el rango de edad a 70 años.
Según los mismos protocolos de las vacunas aplicadas, esos casi 110,000 hondureños deberían estar recibiendo su segunda dosis entre junio y julio.
Finalmente, a juzgar por lo que ha ocurrido en otros países, en esos meses deberían haber menos muertos en los mayores de 75 años gracias la vacuna, llámese AstraZeneca o Sputnik V.
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Viajemos a España si queremos ejemplos de esperanza.
En febrero se experimentó un repunte de decesos en todos los rangos de edades; su campaña inicial de vacunación apuntó para los mayores de 80 años.
Ya para finales de marzo e inicios de abril, cuando más de la mitad de esta gente había recibido la segunda dosis, la mortalidad había caído en un 80 por ciento en ese rango etario.
En mayo, el milagro por el que todos trabajaban: casi (todavía casi) cero fallecidos en los españoles de ocho décadas.
La Unidad de Datos de EL HERALDO también analizó el comportamiento de la mortalidad en el grupo de interés, es decir, de los mayores de 75 años.
Después de reportarse un repunte en la primera quincena de mayo nunca antes visto, a finales de ese mismo mes había descendido notablemente, como lo ilustra la infografía de
esta página.
Es muy pronto para atribuirlo a la vacuna. Recordemos eso: muy pronto.
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No cierren los trajes
Las autoridades de Salud, en cambio, son más entusiastas al atribuir, por ejemplo, a la vacuna un descenso en las muertes hospitalarias por covid-19.
Esta declaración vino, incluso, de la gente que más números procesa de la pandemia, la Unidad de Vigilancia de la Salud, específicamente su jefa Karla Pavón. Por el contrario, otras voces expertas afirman que es muy prematuro decir que la vacuna ya muestra sus efectos, aunque probablemente los tendrá.
Carlos Umaña, presidente de la Asociación de Médicos del IHSS en San Pedro Sula, es uno de los que opina que con tan poca población vacunada no se pueden realizar cálculos
ni análisis.
El epidemiólogo Tito Alvarado es otro que invita a no confundir el descenso de muertos con el impacto del pinchazo anticovid.
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Él gusta de recordar este término: inmunidad de rebaño, cuando al menos el 70% de la población está inmunizada. La baja de mortalidad se verá “cuando tengamos una vacunación completa, pero solo sí a todos”.
“Si en El Salvador, que aplican más de 30,000 vacunas diarias, proyectan la famosa inmunidad de rebaño, que es cuando ya tengan el 70%, para final de este año, y nosotros con ese poquito de vacunas, vamos superlento”, comparó.
De igual forma, recordó que se reportarán muertes en otros rangos de edad, incluso en los jóvenes.
Así que por mientras llegan más vacunas, su recomendación para evitar más muertes no está en forzar las estadísticas, sino a presionar por mantener los triajes abiertos.
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