CHOLUTECA, HONDURAS.-La llegada del invierno provoca sentimientos encontrados en los habitantes de Choluteca. Por un lado, los productores de granos básicos se alegran con la llegada de las lluvias, pero esa alegría se convierte en preocupación para cientos de familias que residen en viviendas construidas a base de adobe y bahareque, ya que temen que las estructuras colapsen, tal y como sucedió en Marcovia donde 40 viviendas resultaron dañadas por las lluvias.
Según el censo de población y vivienda del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para el año 2013 el departamento de Choluteca contaba con 106,596 viviendas, de las cuales al menos 48,365 estaban construidas a base de adobe, 5,136 de bahareque, 4,456 de madera y 1,198 de palo, volviendo vulnerable a la comunidad y la región.
La falta de recursos económicos y el poco acceso a programas de viviendas solidarias son algunos de los factores que influyen para que las construcciones de este tipo continúen en la zona.
Darlin Álvarez, facilitador de incidencia para la gestión de riesgo de la red de Asociación de Organismos no Gubernamentales (Asonog), explicó que falta fortalecer las políticas públicas para lograr mejorar la resilencia de las comunidades.
“Actualmente estamos trabajando en fortalecer los comités de emergencia local, pero necesitamos que existan medidas que ayuden a las comunidades a trabajar desde casa, creando lugares más seguros para vivir”, comentó el entrevistado.
Juan Mendoza, presidente de la mesa de gestión de riesgo, aseguró que existe un manual para las construcciones de viviendas pero el mismo no es aplicado.
“El lugar donde se construyen las viviendas también influye para aumentar la vulnerabilidad”, explicó el entrevistado.
Los daños provocados por las lluvias también dejan pérdidas en Danlí, donde se gestionan más de 20 millones de lempiras para construir el puente sobre la quebrada La Arena.