TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La ex primera dama de Honduras, Rosa Elena Bonilla, abandonará la Penitenciaría Femenina de Adaptación Social (Pnfas) de Támara en las próximas horas después de que se le otorgara arresto domiciliario, confirmó este miércoles su abogada Daysi Banegas.
“Estamos esperando la notificacion, ya está firmada la carta de libertad, solo estamos a la espera y así notificar a la Penitenciaria de mujeres”, explicó la abogada de “Mi Rosa”.
De acuerdo a Banegas, la decisión de cambio de medidas fue respaldada por unanimidad en la Sala Penal y el principal argumento de dicha resolución fue el vencimiento del tiempo de su prision preventiva.
En los próximos días, la esposa del expresidente Porfirio Lobo Sosa abandonará el reclusorio de mujeres y pasará a cumplir su pena de más de 14 años desde su domicilio.
En julio del año pasado, el ministro asesor para presos políticos, Pedro Joaquín Amador, solicitó que Bonilla de Lobo pudiera salir de la Penitenciaria bajo arresto domiciliario por encontrarse en situación de riesgo luego de asesinato de su hijo Said Lobo.
Posterior a la tragedia, sufrió una crisis nerviosa ante un presunto amotinamiento en la cárcel de mujeres de Támara donde permanecía recluida. En ese momento su apoderada legal insistió en el cambio de medidas, pero le fueron negadas.
Bonilla de Lobo fue hallada culpable de los delitos de fraude continuado y apropiación en el denominado “Caja Chica de la Primera Dama”.
Caso ‘caja chica de la dama’
La ex primera dama de Honduras (2010-2014), Rosa Elena de Lobo, fue condenada el pasado -21 de septiembre a 14 años y un mes de cárcel por delitos de corrupción relacionados a fraude y apropiación indebida.
Además, el tribunal le impuso una multa de 13.8 millones de lempiras. Mientras que el exsecretario privado de Bonilla, Saúl Escobar, fue condenado a una pena de siete años y diez meses de prisión por el delito de fraude.
En 2018 se llevó a cabo su detención y enfrentó 12 acusaciones: tres por delitos de malversación de caudales públicos, ocho delitos de fraude a título de autora y uno por el delito de lavado de activos.
Durante su juicio, que tomó 17 meses y 20 días, se evacuaron más de 143 pruebas, incluyendo la revisión de 122 documentos y el testimonio de 14 testigos.
Al finalizar su proceso el 24 de abril de 2019, a la exprimera dama se le declaró culpable de los tres delitos de apropiación indebida y ocho delitos de fraude, siendo absuelta de lavado de activos.
Bonilla había sido acusada del desvío de 12 millones de lempiras de las arcas estatales, caso por el que recibió una condenada a 58 años de cárcel.
Sin embargo, fue favorecida por la Sala Penal al ordenar una repetición de juicio en julio de 2020 tras detectarse anormalidades de forma y fondo.
Fue entonces que el pasado 17 de marzo de 2022, que fue encontrada culpable en la repetición del juicio de fraude y apropiación indebida continuada.
Por este caso también fue enjuiciado su exsecretario privado, Saúl Escobar. Entre las pruebas que sustentan el fallo de culpabilidad contra Bonilla y Escobar figuran un dictamen de perito del Ministerio Público (MP) que comprueba el mal uso de los fondos, un legajo de cheques emitidos a favor de un grupo de supuestos zapateros que solamente se dedicaban a cobrar cheques y a cambio recibían una pequeña cantidad de dinero.
Bonilla también ha sido mencionada en la lista Engel, donde figuran funcionarios de Centroamérica ligados a delitos de corrupción y que fue divulgada por el Departamento de Estado de Estados Unidos.