Hace 34 años hizo una promesa por Honduras: impulsar junto a un grupo de ciudadanos y ciudadanas, entre ellos Micaela Durón y Jesús Simón Román, la educación técnica. Fue así que el empresario Leonel Bendeck, junto a sus amigos, proyectó la creación del Centro Asesor para el Desarrollo de los Recursos Humanos (Caderh), que abrió sus puertas en 1985.
El proyecto tenía como propósito fundamental elevar la competitividad laboral hondureña a través de la creación de una red de centros de formación técnica profesional para que jóvenes de escasos recursos y en riesgo social recibieran capacitación para adquirir habilidades y optar a una certificación laboral.
Bendeck es uno de los impulsores de la industria fosforera en Honduras que detectó la necesidad de la profesionalización de personal en temas técnicos cuando, junto a su padre, inició el proceso de tecnificación de su empresa.
Fue entonces que se dieron cuenta que el país no contaba ni con los mecánicos ni los técnicos para trabajar la maquinaria con la precisión que se requería y se tuvo que ir a traer cinco mecánicos desde Costa Rica que pudieran ayudar aquí a poder mantener esa maquinaria.
Iniciativa
“Nos decíamos que no era posible que tuviéramos que importar mano de obra al país, y entonces fue que salimos con esta iniciativa, de allí nace la inquietud”, recuerda.
Agrega que cuando delinearon el proyecto tenían como ideal formar y entregar a la empresa privada la calidad de mano de obra que requerían, ya que la mano de obra disponible no poseía las habilidades y destrezas que se necesitaban para ser competitivo local y globalmente.
Caderh lideraría esa misión a través de la definición de las normas y los estándares de las demandas del sector privado de aquel momento.
El recorrido no ha sido fácil, ha sido una labor silenciosa que, tras la superación de muchos obstáculos, posesiona hoy en día al organismo a nivel regional y continental.
De eso han pasado ya 30 años, Caderh es hoy una institución con dos áreas de acción: la gestión del talento humano y la certificación de personas. Entre sus éxitos se cuentan la formación técnica de más de medio millón de jóvenes, de los cuales 60% han sido certificados en diversas destrezas y habilidades.
“Son jóvenes que si no les hubiéramos dado la oportunidad de capacitarse y aprender un oficio que les ha permitido tener un trabajo, nadie más se las hubiera dado, y son jóvenes en riesgo que estuvieran quizá en la calle”, manifestó.
Certificación
Caderh fue la primera institución en tener en la región una acreditación ISO 9000 y además es el único organismo regional que cuenta con una acreditación internacional para poder certificar personal.
“Solo hay cinco centros a nivel del continente que tienen esa acreditación y eso nos ha dado una presencia y un reconocimiento internacional”, dijo Bendeck.
Aunque en Honduras, en un principio los procesos de certificación de personal no fueron bien recibidos por los trabajadores porque percibían el proceso como un mecanismo que podría llevarlos a perder su trabajo si descubrían que no tenían las habilidades pertinentes para desarrollar una labor, hoy en día son mecanismos que permiten a esos mismos trabajadores y sus empleadores identificar las deficiencias del personal y orientar las capacitaciones hacia esas áreas.
Una de las áreas en las que han avanzado es en la certificación de personal en manejo de alimentos en el sector restaurantes y de mecánicos de máquinas de cocer en una transnacional en el sector de la maquila.
Retos y alianzas
Los retos siguen siendo los mismos. Los sectores productivos se ven limitados en sus inversiones por carecer de personal calificado para el manejo, por ejemplo, de equipos tecnológicos, pero ahora Caderh cuenta con una nueva herramienta para hacer un análisis de las necesidades de los sectores productivos.
Son los llamados análisis de prospección que permiten identificar las necesidades técnicas de un sector y diseñar los programas de capacitación del personal requerido. Otra aspiración es la de consolidar los procesos de acreditación de los centros de capacitación técnica del país.
“Esperamos poder llegar a tener en el país una calificación de los diferentes centros de educación técnica; queremos llegar a tener un ranking de los mejores centros que producen mecánicos, soldadores, administradores de fincas lecheras, y que la gente sepa que allí va a tener una mejor educación para sus hijos”.
Tampoco dejan de lado los avances tecnológicos. “Creemos que hay maneras más efectivas y más baratas de transmitir los conocimientos. Creo que debemos usar las tecnologías de la comunicación en el futuro para abaratar y poder llegar a más jóvenes, a más personas a más trabajadores”.
Para ello ya cuentan con una área de desarrollo para la capacitación en línea y actualmente, Caderh cuenta con una red de 19 centros de formación técnica en distintos sectores del país, en los que se certifican anualmente a unas 4,500 personas en competencias laborales establecidas en un esquema de certificación específico.
Para continuar con el proceso de éxito, requieren mantener las alianzas con el sector empresarial definiendo las normas. Caderh está enfocado en la parte técnica del proceso y los centros técnicos con la formación.
Es prioritario, además, el apoyo del Instituto de Formación Profesional (Infop), la contraparte del Estado en los centros técnicos de formación profesional y en los que actualmente se educan 4,500 jóvenes, y los procesos de certificación.