Más de 90% de los menores albergados por el gobierno de Estados Unidos son de Honduras, Guatemala y El Salvador, muchos impulsados a viajar al norte por la violencia y la pobreza generalizadas en sus países.
El número de menores detenidos solos mientras trataban de cruzar la frontera con México, se ha disparado en años recientes.
Entre el 2008 y el 2011, la cantidad de menores que quedó a cargo de Reasentamiento de Refugiados osciló entre 6.000 y 7.500 por año.
En el 2012 los agentes fronterizos detuvieron a 13,625 menores no acompañados y esa cifra aumentó más —a 24,668— el año pasado. Se espera que este año el total exceda los 60,000.
Agentes de la Patrulla Fronteriza han dicho que con más frecuencia que antes los traficantes notifican a las autoridades una vez que los niños cruzan el Río Grande para que los pasen a recoger.
Se piensa que la delincuencia rampante y la pobreza en buena parte de Centroamérica y el deseo de reunirse con sus padres u otros familiares es lo que lleva a muchos de los jóvenes migrantes a tratar de cruzar la frontera.
Los niños son colocados en albergues bajo contrato mientras las autoridades buscan a sus familiares, a alguien que los patrocine o personas que puedan hacerse cargo de ellos durante las audiencias de inmigración, donde piden asilo u otro estatus de protección.
El gobierno está al tanto de los rumores falsos que han circulado acerca de que a los niños migrantes que llegan al país se les permite quedarse automáticamente o que se beneficiarían de alguna reforma de las leyes de inmigración.
Los niños quedan sujetos a un proceso de deportación aunque se reúnan con sus padres en Estados Unidos, si bien muchos han logrado que un juez de inmigración les permita quedarse en el país.
En lo que va de 2014, 3,500 niños hondureños han sido deportados desde Guatemala, México y Estados Unidos, de acuerdo a cifras del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihnfa).
Asunto humanitario urgente
El aumento en la cantidad de niños que cruzan solos la frontera desde México es un 'asunto humanitario urgente', dijo el presidente Barack Obama, en momentos que la Casa Blanca solicita 1,400 millones de dólares adicionales al Congreso para hacer frente a la situación.
Obama dijo que los menores serán alojados temporalmente en dos bases militares y nombró el lunes a Craig Fugate, director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), para hacerse cargo de la situación.
En sus nuevos estimados, el gobierno estadounidense informó que unos 60,000 menores, en su mayoría centroamericanos, pudieran ser detenidos este año mientras tratan de cruzar ilegalmente la frontera desde México.
Esto cuesta a Estados Unidos más de 2,280 millones de dólares por concepto de albergar, alimentar y transportar a los niños a albergues para reunirse con familiares que ya viven en Estados Unidos.
El nuevo cálculo es aproximadamente 1,400 millones más de lo que el gobierno pidió al Congreso en la solicitud de presupuesto de Obama enviada al Capitolio anteriormente este año.
Obama describió el problema humanitario fronterizo en un memorando emitido el lunes y que describió un operativo liderado por Fugate en el que participarán numerosas entidades federales.
Cecilia Muñoz, directora de política nacional de Obama, dijo que la cantidad de menores que viajan solos ha aumentado desde 2009, pero que este año el alza ha sido mayor que la del 2013. Muñoz dijo que entre los migrantes hay ahora más niñas y varones menores de 13 años.
'Todo esto ha contribuido a crear una situación de urgencia', dijo Muñoz. 'Estos niños han tenido experiencias horribles viajando solos y les proporcionamos la atención debida'.
El aumento ha superado la capacidad del sistema para procesar y albergar a los menores. El mes pasado, el gobierno federal abrió un centro de operaciones de emergencia en el sur de Texas para ayudar a coordinar las operaciones, y la Oficina de Asentamiento de Refugiados, una división del Departamento de Salud y Servicios Sociales, pidió ayuda al Departamento de Defensa por segunda vez desde el 2012 para alojar a los niños en la Basa Aérea Lackland, cerca de San Antonio.