Tegucigalpa, Honduras.- Los niveles de violencia a los que se ven expuestos los menores hondureños han obligado a muchas familias a huir de sus hogares y comenzar una nueva vida.
En 2023, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) atendió alrededor de 1,200 quejas en las que niños y niñas son mencionados como personas en riesgo y víctimas de desplazamiento.
Las quejas del Conadeh evidencian la grave situación de reclutamiento, uso y vinculación forzada que sufren niñas, niños y adolescentes por parte de grupos criminales organizados en Honduras, según revela el estudio “La Tarea Pendiente”, elaborado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Coalición contra la Vinculación de Niñas, Niños y Jóvenes al Conflicto Armado en Colombia (Coalico).
El estudio detalla que muchas niñas, niños y adolescentes son obligados, mediante el uso de la violencia, coacción e intimidación, a realizar actividades en beneficio de grupos criminales como maras y pandillas.
Aunque se desconoce cuántos menores salen del país anualmente, las cifras de niños hondureños migrantes retornados reflejan la situación; cada año entre 12,000 y 15,000 niños y niñas retornan al país. En los últimos tres años, unos 29,300 menores han retornado al territorio.
Los defensores de niños, niñas y adolescentes expresaron que es urgente que el Estado fortalezca y garantice la protección a los menores.
En el país existe el Sistema Integral de Garantía de Derechos de Niños y Niñas en Honduras; sin embargo, necesita ser fortalecido, opinó Óscar Paz, gerente nacional del programa técnico de prevención de violencia de Visión Mundial Honduras.