Honduras

Pedir, aguantar hambre y dormir en la calle: el calvario de los migrantes en la capital

Los migrantes piden dinero en las calles de Tegucigalpa y Comayagüela para ajustar sus pasajes o comprar algo que comer. Viajan en grupos grandes para cuidarse entre sí, aunque eso signifique quedarse más tiempo pidiendo “una ayudita”
08.12.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Decenas de migrantes extranjeros se encuentran en las calles de la capital de Honduras pidiendo “una ayudita” para poder continuar con su viaje a Estados Unidos.

Los migrates, en su mayoría de Cuba, Haití, Ecuador y Venezuela, ingresan por puntos ciegos en Choluteca o El Paraíso, luego siguen hasta Tegucigalpa y Comayagüela donde se quedan temporalmente pidiendo dinero para ajustar su pasaje.

EL HERALDO estuvo un día completo con los migrantes, quienes relataron el horror que les tocó vivir desde que salieron de sus países hasta que cruzaron el Tapón de Darién. Posteriormente se tiraron por la zona boscosa entre Nicaragua y Honduras.

Al ingresar a tierras catrachas su sufrimiento no para, ya que al no haber albergues les toca quedarse durmiendo en las calles; algunas personas de buen corazón les ofrecen un lugar donde descansar, aunque sea por uno o dos días, mientras reponen fuerzas.

Este rotativo conoció que ninguno de los albergues habilitados son gubernamentales y que el Estado apenas está construyendo uno en Danlí y tiene dos proyectos en proceso.

“En Danlí es el primero que se va a construir, luego está un proyecto para Choluteca y aquí en Tegucigalpa, pero esos están en gestión para el próximo año”, admitió Joseana Martínez, gerente de Derechos Humanos y atención al migrante del Instituto Nacional de Migración (INM).

El problema es que cada día ingresan más de 500 personas por puntos ciegos, sin que el Estado pueda garantizar su seguridad o estadía temporal.

+La dura realidad de migrantes venezolanos en Honduras: ‘Tenemos que pedir en los semáforos, en cada parte’

Desde el 1 de enero hasta el 25 de noviembre de 2022, un total de 162,789 migrantes habían ingresado de forma irregular al país, según cifras del INM.

En Honduras reciben un salvoconducto -gratuito hasta enero de 2023- para circular durante siete días. El documento, emitido por migración les garantiza cruzar sin ser detenidos, sin embargo, la mayoría se queda un par de días en las calles de la capital pidiendo dinero para pasajes o comida.

Honduras solo es un país de paso, ya que el objetivo de los migrantes es cruzar la frontera con Guatemala, seguir su ruta a México hasta llegar a Estados Unidos, donde muchos aseguran que les permitirán ingresar por ser de Venezuela.

Algunos piensan realizar ese largo viaje antes de que llegue Nochebuena, pues “es difícil pasar una Navidad caminando, que no tengamos nada qué comer y cantidad de cosas... no es fácil, es difícil lo que nosotros pasamos”, comentó Yoxander Jesús Nieves, un joven de Venezuela.

El joven profesional de la enfermería, contó que viajaba junto a 13 familiares, incluyendo su mamá y papá. Tuvieron que dejar su país debido a la situación, pero cruzar casi un decena de naciones tampoco ha sido fácil.

Por ejemplo, Génesis Parababi tuvo que cruzar el Darién embarazada. Afortunadamente su bebé nació hasta que llegó a Costa Rica, pero la pequeña ha vivido más dolor del que un adulto puede soportar.

Viajan en familia

En grupos de cinco, 10, 20 o 30 personas, los migrantes prefieren viajar acompañados para protegerse ante cualquier situación.

+En la calle están decenas de migrantes venezolanos por falta de albergues en Honduras

Este rotativo conoció la historia de una familia de 30 personas, todas de Venezuela, quienes esperaban en el puente Juan Ramón Molina de la capital. Estaban en pequeños grupos pidiendo dinero para ajustar sus pasajes, pues no querían dejar a nadie botado.

Viajan 17 adultos y 13 niños, entre ellos una pequeña con hidrocefalia. Entre los adultos también iba doña Norma, quien perdió la vista en sus dos ojos debido al glaucoma.

“Tenemos que vernos en la situación de llegar y pedir en los semáforos y en cada parte que venimos, venimos así”, contó la señora, quien estaba sentada en la acera del puente extendiendo una pequeña pailita. En su pecho colgaba un letrero donde explicaba que tenía discapacidad visual.

+Honduras es un cementerio de migrantes en tránsito a EE UU

Tags: