La primera mujer en estudiar y graduarse de la carrera de ingeniería civil en Honduras, Irma Lucrecia Acosta de Fortín, falleció este lunes en la ciudad de Oklahoma, Estados Unidos.
Acosta de Fortín fue la primera hondureña en cursar ingeniería, una carrera que en su tiempo estaba asignada exclusivamente para los hombres, pero Irma no desistió y rompió los esquemas marcando un precedente para las mujeres en Honduras. Su título lo obtuvo en 1952.
En sus años mosos doña Irma ejerció la profesión que la hizo destacar, para luego enfocarse en otras áreas como la docencia y la política.
Más tarde, la connotada académica obtuvo una maestría de la Universidad Católica de Washington y dirigió en la máxima casa de estudios superiores el Centro Universitario de Estudios Generales (CUEG).
Nacida en La Ceiba, Atlántida, Acosta de Fortín también fue la primera presidenta del Comité Central del Partido Nacional y diputada de la asamblea constituyente que dio vida en 1982 a la actual Carta Magna de Honduras.
Igualmente, la connotada dama fue rectora de la Universidad José Cecilio del Valle (UJCV) y docente en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
En el 2014 fue condecorada con la Gran Cruz Placa de Oro por parte del Congreso Nacional en reconocimieno a su trayectoria.
La viuda del también ingeniero Fortín Pinel, al ser la primera mujer ingeniero, vivió algunas anécdotas especiales como cuando junto a su esposo comenzaron a construir su casa.
Ella se encargaba de supervisar la obra, lo que llamó la atención del maestro de obras que le comentó al ingeniero Fortín: 'Su esposa nos viene a supervisar como si ella fuera el ingeniero'.
El comentario, lejos de disgustar al profesional, le causó mucha gracia, ya que tuvo que explicarles que su esposa Irma era ingeniero, lo que resultaba algo poco común entre las mujeres de esos años.