Tegucigalpa, Honduras
El miedo ronda en los pasillos del Instituto Técnico Saúl Zelaya Jiménez, y los alumnos y el personal que están dentro de sus edificios no ven una salida al problema.
Y es que debido a la situación de inseguridad que vive la institución desde el año pasado, ha habido una desbandada de alumnos por miedo a ser víctimas de la guerra territorial que tienen las pandillas.
Este colegio se llenó de miedo luego que dos bandas criminales se enfrentaran en una pelea de territorio que ya ha causado la muerte de varios estudiantes.
Entre el 16 de marzo y el 26 de abril se registró el asesinado de dos jóvenes estudiantes del mismo centro educativo.
El caso más reciente fue el de Elyer Alberto Sánchez Vásquez, de 17 años, quien residía en Las Torres y cuyo cadáver fue encontrado metido en bolsas plásticas y envuelto en una sábana en la colonia Santa Bárbara, de Comayagüela.
Traslados masivos
Pese a que las autoridades del Saúl Zelaya Jiménez mencionan que los traslados no ha sido muchos, una fuente contó a EL HERALDO que son más de 500 los alumnos que ya se fueron del colegio por miedo.
Sin embargo, las máximas autoridades de la institución lo negaron.
Se maneja que en el registro oficial hay un promedio de 200 estudiantes a los cuales ya se les otorgó el traslado.
Pero el resto se ha ido aún sin pedirlo.
El problema que ahora están enfrentando estos jóvenes es que no están siendo aceptados en otros colegios, ya que son estigmatizados por proceder de un centro educativo que está teniendo problemas con el tema de las pandillas.
El Heraldo buscó la reacción del ministro de Educación, Marlon Escoto, para hablar sobre la problemática del instituto, pero se limitó a decir, “los padres deben abocarse a la Departamental, allí se les atenderá”.
1700 estudiantesaproximadamente son los que tiene matriculados el instituto en las dos jornadas, según los datos que se manejan. |
Un día dentro del Saúl
Un testimonio conocido por EL HERALDO, por parte de una persona muy cercana al centro educativo, revela cómo es un día dentro de las paredes del histórico colegio.
A las siete de la mañana los portones del colegio se abren de par en par. Sin embargo, el miedo y la zozobra ingresa con los estudiantes.
Sus padres se despiden de ellos, pero algunos se quedan toda la mañana en la entrada del colegio por temor a que pase algo con sus hijos, y ellos no estén para auxiliarlos.
“Nadie más que los que estamos adentro sabemos el miedo que se siente, no sabemos qué puede pasar en cualquier momento, los estudiantes también sienten miedo porque han visto lo que ha pasado con sus compañeros”, dijo la fuente.
Aseguró que sí hay presencia militar, pero que los cinco militares que llegan, ingresan a eso de las 9:00 de la mañana y que esas dos horas anteriores se vuelven eternas producto del miedo.
“Los padres van a dejar a los muchachos, pero no se van, se quedan ahí esperando toda la mañana porque tienen miedo de que a los niños les pase algo”, mencionó.
Hace uno días se supo que unos pandilleros pidieron a cierto personal el listado de alumnos que están matriculados en el colegio y su lugar de residencia.
“Lo que se necesita es que el Presidente haga algo, se necesita ayuda, ya no se puede estar allí, el problema es que las personas que trabajan allí no tienen para donde irse”, dijo
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