Tegucigalpa, Honduras.- Nicolás Maduro, el dictador que se declaró vencedor de las elecciones, asumirá, el poder en Venezuela y marcará un momento clave para la geopolítica venezolana y la estabilidad regional.
En un contexto político marcado por denuncias de fraude electoral, divisiones ideológicas y el repudio de gobiernos latinoamericanos, Maduro, gobernará por tercera ocasión la para los próximos seis años.
La reelección del que es considerado un autocrata ha sido ampliamente cuestionada por supuestas irregularidades y la falta de transparencia en la presentación de actas durante la jornada electoral en julio de 2024, así como por la represión a la oposición.
Aunque Maduro fue proclamado ganador en los comicios de 2024 por el Consejo Nacional Electoral de ese país, la oposición venezolana y una gran parte de la comunidad internacional respalda a Edmundo González Urrutia como el presidente electo.
Ayer, cientos de venezolanos reclamaron el poder a la dictadura venezolana en una multitudinaria manifestación que concluyó en una fugaz detención y posterior liberación de la diputada Maria Corina Machado.
Para expertos internacionales, la toma de posesión de Maduro traza un momento crucial para Venezuela y la región.
Implicaciones
Los entrevistados por EL HERALDO consideran que este evento no solo marca la continuidad del régimen autoritario de Maduro, sino que también tiene implicaciones profundas en aspectos clave, que incluyen la ilegitimidad política interna, la crisis humanitaria, el flujo migratorio, así como las relaciones internacionales de Venezuela y las implicaciones de países que avalan a Maduro.
El exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y analista político, Arturo Mcfields Yescas dijo a EL HERALDO que la llegada de Maduro por un nuevo período significa una “bofetada” para las democracias en Latinoamérica.
“Es una bofetada a la democracia de América Latina y se traduce en un detrimento generalizado del tema democrático, de elecciones libres, de respeto a las instituciones; esto tiene un efecto que promueve mayor impunidad en la región, pues muchos presidentes van a decir, si Maduro puede, porque no ellos; por lo que tiene un efecto directo en el ya debilitado estado de la democracia en nuestra región”, afirmó.
Agregó que el tercer mandato del heredero de Hugo Chávez tendrá un impacto en la gobernabilidad del país, agudizando las tensiones políticas dentro del país.
“Maduro se afianza al poder con menos legitimidad que nunca; antes había dudas que si lo que estaba en Venezuela era una dictadura, pero después de esas elección ya esta claro que es una dictadura lo que hay”.
Añadió que con el fraude electoral, Venezuela institucionalizó la dictadura como lo hicieron en su momento países como Cuba y Nicaragua.
Sin embargo, eso traerá consecuencias graves para el país como legitimidad internacional, repercusiones económicas y sanciones internacionales, agravando la crisis humanitaria, y agudizando la migración de más ciudadanos que buscan mejores oportunidades fuera de Venezuela.
División internacional
Nicolás Maduro, también, asume hoy en medio de una creciente presión internacional que se encuentra dividida.
Mientras países como Cuba, Nicaragua, Bolivia y Honduras han reconocido los resultados del Consejo Electoral venezolano, la mayoría de los países de la región muestran su apoyo a la oposición y no reconocen la reelección de Maduro.
Empero, Yescas aseguró que esos países aunque mostraron su apoyo a la reelección de Maduro se están cuidando para no pagar el costo político al asistir a la toma de posesión.
“Hay que tomar en cuenta que países como México, Colombia, Brasil y Honduras le dan su apoyo a Maduro, pero dicen que no quieren pagar el costo político de asistir a la toma de posesión”, aseguró Yescas . Afirmó que el precio de un presidente de apoyar a un “dictador” significa que será visto como un creyente fiel a ese modelo de gobierno. “Hay un costo político muy alto que nadie quiere pagar. Esos países, aunque van a enviar representantes a la toma de posesión no van los presidentes”.
A criterio del analista y experto en temas internacionales Graco Pérez, con el apoyo a Maduro de algunas naciones de la región se profundizará la polarización.
Esa división no solo podría afectar las relaciones bilaterales entre países, sino que también condicionaría la cooperación y los esfuerzos conjuntos en organismos internacionales.
“Estaría generando mayor polarización a nivel de potencias y de países del continente. La integración Latinoamericana e incluso Centroamericana pasa la historia; porque una cosa es tener visiones independientes ideológicamente y otra es que sea una visión entre democracia y totalitarismo”, apuntó.
Relaciones con Honduras
Honduras, bajo la administración de la presidenta Xiomara Castro, es una de las pocas naciones que avala a Maduro en el poder, por lo que el experto estima que las relaciones entre ambos países podría traer riesgos asociados al aislamiento internacional.
“Lo idea para Honduras fue que si somos un país democrático que respeta los derechos humanos y las libertades, haber reconocido a Edmundo González, pero decidieron tomar ese camino, y quedamos marcados ante la comunidad internacional”, señaló Pérez.
Otros expertos indicaron que el apoyo de Honduras el gobierno de Maduro podría provocar aislamiento diplomático de países que aplican sanciones a Venezuela, por lo que Honduras de podría enfrentar restricciones económicas o reducción en la inversión extranjera.
