Tegucigalpa, Honduras
En completa impunidad se encuentran los asesinatos de cinco miembros de la Policía Nacional que participaron en el crimen del zar antidrogas Julián Arístides Gónzalez, ocurrido el 8 de diciembre de 2009.
En igual condición se encuentra el caso de un oficial que se negó a ser partícipe del delito y otro que entregó evidencias.
En un período de cinco años posterior al crimen, los miembros de la cúpula policial que planificó el asesinato del director de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico (DLCN) limpiaron la mesa y asesinaron a siete de sus cómplices, según un informe interno de la Policía Nacional.
Los policías asesinados son el agente de Tránsito Roney Iván Alvarado, Gherluis Ronherick Salgado, el clase III Constatino González, el inspector Rosel Nájera, el subcomisario Dorian Sobalvarro, el subcomisionado German Fernando Reyes y el subinspector Jorge Castro, que fallecieron en circunstancias violentas en diferentes puntos del país.
EL HERALDO consultó con fuentes policiales sobre el proceso investigativo de estas muertes, recibiendo como respuesta que “están en cero. Nunca se investigo nada”.
Agregó la fuente que el único proceso que se cumplió fue el del levantamiento de cada una de las escenas, “pero nunca se hizo una investigación del crimen”.
Escenas montadas
“En la muerte de mi subcomisionado Reyes montaron toda una escena diciendo que lo mataron para robarle el vehículo y las armas de reglamento”, recordó.
Sostuvo que la camioneta del oficial que reveló a los investigadores la participación de policías en el crimen de González y que les dijo donde encontrar los videos de las reuniones sostenidas por la cúpula apareció horas después en la colonia Flor del Campo.
En ese momento se mencionó que el crimen lo había cometido la pandilla 18 para robar la camioneta Prado y las armas de reglamento del subcomisionado.
En el caso del subinspector Jorge Castro, quien fue el que ordenó la entrega de los videos de ciudades inteligentes a las autoridades, la escena fue diseñada para hacer pensar que se trataba de un suicidio.
“Él tenía un solo disparo en un costado de la cabeza y se le encontraron todas sus pertenencias personales y la motocicleta que usaba, y así descartaron el robo y manejaron que se trataba de un suicidio por depresión”.
Mientras que los otros cinco policías que tuvieron participación en el crimen del general retirado murieron acribillados por sujetos motorizados.
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En un solo hecho sicarios asesinaron al inspector Rosel Najera y al subcomisario Dorian Sobalvarro, quienes se conducían en la misma camioneta cuando transitaban por el bulevar Fuerzas Armadas, a inmediaciones del Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop). Ambos oficiales quedaron irreconocibles debido a las múltiples heridas de bala que recibieron.
Al consultar si estos casos serán reabiertos para determinar la responsabilidad de los exmiembros de la cúpula policial, dijo que “es posible, las instrucciones eran entregar todo a la Fiscalía y si estos asesinatos fueron ordenados por estos oficiales es posible que el Ministerio Público decida investigarlos también”.
Los crímenes de los cinco policías continúan impunes:
Desliza la pantalla y repasa la secuencia de las muertes y sus vínculos: