Nos deja pasmados cómo las pandillas en Honduras y a nivel mundial son una real y peligrosa “clase social”. Sus tentáculos abrazan fortunas a punta de balas en complicidad con políticos, empresarios y uniformados. Su materia prima son los jóvenes o estudiantes, así vigorizan sus estructuras y casi nadie sabe que está tratando y contratando criminales.
Los certeros y mortales golpes dados a la Mara Salvatrucha (MS-13) por parte de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) en los últimos días dejaron de manifiesto los lujos, excentricidades y el poder económico de esta formación criminal. Desde carros pompa, droga y mansiones hasta moteles. Sacudida y media tambalea sus cabezas.
Lo extraño es que los mismos mandos avalan que la MS-13 es inferior en miembros y mucho menos violenta que la 18, cuyos tentáculos no han sido rozados con la fiereza urgente y necesaria para anular al máximo la extorsión y el chorro de crímenes. Se sabe que la MS-13 fue armada en el pasado reciente por altos oficiales retirados de la Policía.
¡Secreto a voces! No estamos desvalorando el arrojo de miles de agentes y militares en la lucha contra la delincuencia común y organizada, pero no se puede atacar un bando y darle tregua al más poderoso, en este caso la pandilla 18, a menos que tengan un plan bien trazado de ir de uno en uno.
Ojalá estemos equivocados, pero soplones o sapos hay por todos lados.
No existe duda de que ambas agrupaciones son altamente mortales. Aunque parezca increíble, la MS-13 y la 18 tienen delineadas sus rutas de acción, desde el tráfico de drogas hasta el alistamiento de mozalbetes, sean estudiantes o no.
Esta es su valiosa materia prima que no lleva tatuaje pero que también penetra a círculos políticos, financieros y públicos.
En los recientes embargos a la MS-13 no se capturó a cabecillas pero curiosamente hace una semana arrestaron a dos. Uno de ellos es Carlos Maldonado Zelaya, alias El Flaco, sujetado en 2015 y enviado a El Pozo, en Santa Bárbara, y liberado en la oscuridad por un juez desconocido.
Así son sus redes. Veremos cuándo caen los pandilleros de traje.