TEGUCIGALPA, HONDURAS.-En los pasillos de los hospitales públicos, el calvario de los pacientes es palpable. La angustia se apodera de aquellos que esperan por un cupo para ser sometidos a un proceso quirúrgico, que la mayoría de veces es de urgencia.
Un gran porcentaje de pacientes no logra ser atendido y para algunos la vida se escapa en la espera. La promesa de una solución parece cada vez más lejana, y la inversión millonaria que se ha hecho, según autoridades de la Secretaría de Salud, no se traduce en resultados tangibles.
En una conferencia de prensa, Óscar Paredes, jefe de Redes Integradas, y Raúl O'Connor, jefe de Hospitales, anunciaron que se ha invertido alrededor de 200 millones de lempiras. Sin embargo, estas afirmaciones han sido cuestionadas por los mismos derechohabientes, pues pese a la millonaria inversión, la realidad sigue evidenciando la poca eficiencia de la administración.
De acuerdo con los datos brindados por la Secretaría de Salud, el número total de pacientes en lista de espera hasta mayo del año en curso es de 12,357 y 6,777 de ellos están en condición de mora quirúrgica. Estas cifras no representan solo estadísticas, sino historias de vida en pausa, sueños que se desvanecen y familias que viven en constante angustia.
Crisis hospitalaria
A través de la solicitud de información SOL-SDS-4188-2024, EL HERALDO conoció que son más de 20 hospitales los que enfrentan una alta mora quirúrgica, sin embargo, cuatro de estos presentan las cifras más altas.Según los datos revelados a este rotativo, el Hospital Escuela Universitario encabeza la lista con una mora de más de 1,700 pacientes que siguen esperando por intervenciones quirúrgicas.
En segundo lugar se encuentra el Hospital General San Felipe, con 1,353 pacientes en espera, seguido de cerca por el Hospital del Sur con 1,042 pacientes. Por su parte, el Hospital Mario Catarino Rivas reporta aproximadamente 600 pacientes esperando ser operados.
Estas estadísticas representan el dolor de una madre que no sabe si verá crecer a sus hijos, es la angustia de un joven que ve truncadas sus aspiraciones, es la desesperación de un anciano que solo anhela alivio. Cada día de espera es un día perdido en la lucha contra la enfermedad.
