Los voluntarios que atienden a los alumnos matriculados en centros comunitarios bajo el Programa Hondureño de Educación Comunitaria (Proheco), piden al gobierno dotarles de edificios.
Y es que los menores reciben clases en viviendas o centros comunales, por lo que se hace necesario la construcción de aulas.
De acuerdo con maestros voluntarios, en la actualidad cuentan con libros y pupitres, pero se carece de inmuebles propios para atender a los infantes.
En el departamento de El Paraíso se cuenta con unos 362 centros que funcionan bajo el plan Proheco.
Unos 9,000 niños son atendidos mediante este programa en el departamento oriental.
Giovanni Álvarez, coordinador departamental de Proheco, explicó que desde 1998, cuando se fundó el proyecto, el gobierno central no ha construido más edificios para que funcionen las escuelas.
“En los últimos años, los encargados de construir las escuelas han sido las municipalidades, pero como estas tienen problemas en la asignación de su presupuesto retrasan la finalización de los mismos”, aseguró el entrevistado.
Uno de los sectores poblacionales que más afectados se ve con este problema es la región fronteriza de Nicaragua en el sector de río Coco, jurisdicción del municipio de Trojes.
En este territorio, Proheco cuenta con 18 centros escolares comunitarios, los cuales son atendidos por igual número de docentes y reportan una matrícula cercana a los 1,000 niños.
En el lugar solo funcionan centros escolares del programa, ya que la escuela formal no ha llegado hasta el lugar.
“En el río Coco somos el único organismo nacional que ejercemos soberanía, ya que nuestros niños no tienen que ir hasta el vecino país para recibir clases sino que los menores de Nicaragua vienen a Honduras a formarse”, explicó.
Pese a los sacrificios que realizan los docentes que imparten clases en este sector del país, en los últimos años han cumplido con los 200 días de clases.
Los docentes que laboran en este lugar apenas reciben una bonificación de 5,700 lempiras mensuales y visitan a sus familiares cada cuatro meses, ya que el pasaje de viaje es costoso.
Para instalar una escuela Proheco en una zona del país es necesario que la comunidad sea rural y debe tener una matrícula mínima de 25 menores en educación básica y 20 en prebásica.