SAN LORENZO, VALLE.- Una lágrima recorría lentamente por la mejilla de don José mientras su cuerpo estaba paralizado en una camilla por el dolor que solo él sentía. Nadie lo puede ayudar, solo un medicamento que en el Hospital de San Lorenzo no hay y que comprarlo en la farmacia le resulta difícil a su familiar que lo asiste debido a que no tiene un solo lempira en la bolsa de su pantalón.
La situación es igual para todos los pacientes ingresado en el hospital que un día fue modelo de manejo y que hoy está sumido en la calamidad.
La precariedad se alojó en el centro asistencial desde que pasó a ser centralizada, es decir, ahora es administrada por la Secretaría de Salud (Sesal) desde el pasado julio.
LEA: Revocación de Ley de Protección Social sigue sin publicarse
Anteriormente, el centro hospitalario era administrado por la Fundación de Apoyo al Hospital San Lorenzo desde el 2014.
Las autoridades, empleados, desempleados y pacientes que están siendo atendidos por el hospital, manifestaron a EL HERALDO que la crisis que hay en dicha entidad nunca antes se había visto.
“Estamos viviendo una crisis nunca vista en la historia y eso que tengo 26 años de trabajar aquí. Esto nos sorprende porque tenemos una presidenta incapaz de poder gobernar”, reprochó un galeno al acompañar al equipo periodístico de EL HERALDO en el recorrido por el hospital.
+Dos magistrados de la actual Corte de Justicia buscarán la reelección
Pleitos políticos
La población del sur está sufriendo por el conflicto de los diputados Néstor Yánez y Fabricio Sandoval, ambos del partido Libertad y Refundación (Libre) quieren el control del hospital.
“El hospital está totalmente politizado”, confirmó sin tapujos el profesional de la salud. Según los empleados del centro asistencial los diputados están enfrentados, midiendo fuerzas sin importarles que la consecuencia la paga el pueblo y el personal sanitario.
“Pusieron en la administración a personas que no saben donde están parados. Han hecho que esto se haya agravado, no sirve nada en el hospital desde que ya no lo administra la fundación, por esta gente no sirven las lavadoras, el aire acondicionado, solo hay dos hornillas para cocinar y es un mar de suciedad la que hay”, lamentaron las enfermeras del centro hospitalario sureño.Además, las quejas se amplían en que no les han pagado su salario desde hace cuatro meses.
ADEMÁS: Gracias a Dios no registra muertes por covid en este 2022
La situación los mantiene en protestas todos los días. Ayer no fue la excepción, todos los empleados salieron del edificio hospitalario haciendo un llamado a la presidenta Xiomara Castro y al ministro de Salud, José Manuel Matheu, que tengan alma y vuelvan su mirada a esta problemática.
El director del hospital, Lely Guevara, intentó reunirse con Matheu para plantearle la crisis que hay en la entidad pero el ministro no lo atendió.La calamidad es evidente, no hay insumos médicos, ni siquiera los básicos como jeringas, gasas o el mismo suero de atención primaria. Las cirugías están suspendidas y no hay cómo garantizar la alimentación de los pacientes ingresados. Apenas disponen de un 1% de alimentos.
La población humilde de la zona es la más afectada, buscan la atención de calidad que recibían cinco meses atrás, esa que los políticos hicieron colapsar en solo semanas.