Tegucigalpa, Honduras
Vaciados telefónicos, testimonios y un video señalan como autores materiales e intelectuales de la muerte del exasesor de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico (DLCN), Alfredo Landaverde, a varios miembros de la Policía Nacional, algunos de los cuales se encuentran activos.
Las evidencias están plasmadas en el informe con número de oficio SEDS-IG-0167--2012 de Inspectoría General de la Policía Nacional, de fecha 25 de mayo de 2012, enviado al entonces director de la Policía Nacional, Juan Carlos Bonilla.
En el documento se incrimina a 24 elementos policiales y un civil de tener participación en el asesinato de Landaverde, ocurrido el 7 de diciembre de 2011 en la intercepción de la colonia 21 de Octubre, entre la calle de la colonia San Miguel y el bulevar Los Próceres.
Landaverde se conducía en un vehículo turismo cuando dos sicarios en moto lo interceptaron y lo acribillaron, mientras que su esposa Hilda Caldera, quien lo acompañaba, resultó herida.
EL HERALDO también adjunta el video de la última entrevista que concedió Landaverde, en el programa Frente a Frente, donde denunció la corrupción policial, pero que también sentenciarían su vida, según se infiere en los informes.
De acuerdo con el oficio SEDS-IG-0167-2012, el informe inicial de la investigación fue archivado porque en él se indicaba que altos oficiales estaban involucrados en la muerte de Landaverde.
En el reporte se indica que la Inspectoría General se encontró el oficio SEDS-AG-1106-2011, de fecha 23 de diciembre de 2011, que contiene el informe inicial elaborado por el equipo de investigación (del caso Landaverde) de esa dependencia, integrado por la inspectora y una analista de investigación, ordenado por el comisionado de policía para realizar las investigaciones mediante memorándum SEDS-0045-2011 de fecha 7 de diciembre de 2011.
El informe menciona los nombres, apellidos y rangos de los efectivos que “abandonaron sus puestos de trabajo para realizar esta acción ilícita en la que se refiere el asesinato de Gustavo Alfredo Landaverde”.
Según el documento, “los señores oficiales antes mencionados se sintieron aludidos” cuando Landaverde mencionó en el programa Frente a Frente de canal 5 que un comisionado policial “conocía y lideraba” las bandas criminales internas en la Policía Nacional”.
Obstrucción
La inspectora y al analista se reunieron con tres policías que realizaron la investigación de esta muerte emblemática para conocer el avance de las indagaciones.
Fue así que en la Jefatura Metropolitana 1, a las 15:45 (3:45 de la tarde), fue requerido para investigación el subcomisario B, uno de los encargados de las pesquisas del asesinato, al igual que el clase III y el policía B.
El subcomisario B “manifestó que en ese caso hay policías involucrados, por lo que tiene que manejarlo con discrepancia (discreción) y mucho cuidado porque ese señor (Landaverde) critica mucho a la Policía y directamente a mi comisionado general X”
Acotó el subcomisario B que “ya tenía identificados a los policías involucrados y que no le había informado al señor fiscal del caso para que realizara los requerimientos fiscales porque de todas las investigaciones tiene que tener informado al comisionado general X antes de filtrarlas al señor fiscal”.
La demora en dar la información al Ministerio Público por parte del subcomisario B fue porque este aseguró que “esa fue la orden que me dieron mi subcomisionado A, subcomisionado B y mi comisario A”.
Luego agrega que “con relación a los policías involucrados están el comisario D, el subcomisario A y un clase”.
“También aparecieron otros oficiales, ellos eran mi comisario B, subcomisario A, subcomisario D y subcomisario C; ellos trabajan directamente con mi comisionado general x. estamos investigando qué hacían ahí recorriendo esa calle de Valle de Ángeles a la colonia 21 de Octubre antes y durante los hechos del asesinato...”.
En su testimonio, el subcomisario B explica que a la escena del crimen también llegaron para sumarse a la investigación “el comisario E, el comisionado C, el subcomisario E y el comisario F”.
Como autores materiales fueron plenamente identificados Marvin Noel Andino Mascareño, condenado a 22 años de cárcel por la muerte de Landaverde, porque fue el copiloto de una motocicleta que le disparó al exasesor, dijo el subcomisario B.
Mientras “el policía A, motorizado, era el conductor de la moto que utilizaron”.
“Estos sicarios andaban radios de la Policía Nacional para escuchar toda la conversación de la Policía y evadir sin problemas los retenes policiales”, agregó el subcomisario B. “Aunque a estos sicarios los custodiaba mi comisario D, comisario B... y ese clase de Colón”, dijo.
Los sicarios, después de cometer el hecho criminal, se desplazaron a la estación policial de la San Miguel, ahí era el punto final donde se reunirían, dijo el subcomisario B.
Vaciados
El informe también hace referencia a una serie de vaciados telefónicos que posibilitaron conocer las comunicaciones que tuvieron los autores de la muerte de Landaverde.
“Según el vaciado de llamadas del comisario D, actor material del asesinato de Landaverde, antes y después de los hechos se comunicó de manera frecuente de su celular 99xxxxxx al número fijo 22xxxxxx del comisionado general x, también se comunicaba con el subcomisario B al número 96xxxxxx, encargado de investigar el asesinato de Alfredo Landaverde”.
De igual manera, el comisario D llamó al comisario A al celular 99xxxxxx, al subcomisionado B al 99xxxxxx, al comisionado B al 96XXXXXX y al comisionado D al 97XXXXXX, entre otras comunicaciones.
Chip
La investigación establece que el comisionado D, “al enterarse de que el equipo de investigación y el Ministerio Público solicitarían un vaciado de llamadas, de inmediato le reportó al comisionado general x y le regaló su chip a un comisionado, sin que este supiera de lo sucedido”.
Mientras, el comisionado general x de inmediato mandó asignado su número 22xxxxxx a la oficina de Comunicaciones de la Dirección General de la Policial para interrumpir o distorsionar la posible investigación que realizaría el Ministerio Público con relación al vaciado de llamadas”.
Además del subcomisario B, fueron interrogados para verificar sus investigaciones un clase III y el policía B.
Los culpables
En las observaciones del informe se señala que las pruebas que no se remitieron al fiscal sobre esta muerte “inculpan al comisionado general X y a los demás oficiales de la Policía Nacional”.
También señala que los investigadores de la Inspectoría General de esta Secretaría de Seguridad, al enterarse de que los actores materiales e intelectuales verdaderamente eran oficiales y policías, se coludieron con la banda criminal al no remitir al señor inspector general el informe investigativo, sino que más bien lo archivaron.
Asimismo, apunta que el comisionado A también se coludió con los autores del asesinato al no exigir el informe de la investigación.
Igual colusión cometieron la inspectora y la analista de investigación a las que se les encomendó verificar el estado de las pesquisas que habían hecho el subcomisario B, el clase III y el policía B, a quienes también se les sindica de haberse aliado para que el caso quedara en impunidad.
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