CANTARRANAS, HONDURAS.- Luego de una ajetreada agenda de sábado,
Francisco Gaitán Agüero, el alcalde de Cantarranas, se dirigió a la aldea San Luis, a unos 25 kilómetros del casco urbano del turístico municipio.
Era la octava aldea que visitaba en su gira por las comunidades más montañosas del municipio, junto a su equipo de trabajo andaba entregando ayudas y mostrando a los pobladores cómo hacer las marcas en las papeletas.
Esta sería su última reunión, pues luego a las 6:00 p.m. tenía programada la inauguración de un pavimento en el sector de Casa Blanca-Los Manguitos, el cual había anunciado en su perfil de Facebook.
El alcalde era muy querido por la gente. Foto: David Romero/El Heraldo
En San Luis, varios sujetos se acercaron y rodearon al edil para pedirle un favor, tal como relatan sus allegados, quienes aseguraron que “Paquito”, les atendió y prometió dar respuesta a su solicitud, entre ellas la reparación de unos tres kilómetros de la carretera en la zona de la Nueva Esperanza.
Ante el reclamo, Gaitán le dijo a la persona que le disparó “no te preocupes, ya la otra semana te voy a mandar el técnico, porque ya firmé para que te la reparen”.
La plática se realizaba bajo la sombra de un guanacaste, el cual en lo alto tenía una bandera del Partido Liberal, luego el edil decidió retirarse para seguir con su actividad en la casa de un vecino.
Con estas muestras de la papeleta enseñaba a la población de las aldeas cómo votar. Foto: David Romero/El Heraldo Se escucharon varias detonaciones que ensordecieron a las personas que estaban cerca del lugar y el cuerpo del respetado alcalde quedó tendido boca abajo frente a una vivienda con paredes azules y techo de tejas.
A eso de las 8:00 de la noche fue trasladado el cuerpo del alcalde a la morgue del Ministerio Público en Tegucigalpa, en una caravana acompañado de sus amigos y familia.
Mientras el cuerpo sin vida del alcalde Gaitán llegaba a Tegucigalpa, la indignación se percibía entre los pobladores de Cantarranas. Las llamas de llantas y madera enardecían la molestia de la comunidad a quien le arrebataron a su querido alcalde.
Se realizó una gran caravana. Foto: David Romero/El Heraldo
Su ataúd estaba cubierto por la bandera rojo, blanco y rojo que tanto amaba de su Partido Liberal de Honduras.
En varias carpas, en las calles de adoquín que rodean la vivienda, decenas de sillas, no fueron suficientes para recibir a los dolientes, que llegaron desde cada punto del municipio y hasta de otras zonas del país.
El dolor era evidente entre todos los vecinos. Foto: David Romero/El Heraldo ADEMÁS: Francisco Gaitán: Imágenes de las últimas giras políticas que realizó el alcalde de Cantarranas
Era la octava aldea que visitaba en su gira por las comunidades más montañosas del municipio, junto a su equipo de trabajo andaba entregando ayudas y mostrando a los pobladores cómo hacer las marcas en las papeletas.
Esta sería su última reunión, pues luego a las 6:00 p.m. tenía programada la inauguración de un pavimento en el sector de Casa Blanca-Los Manguitos, el cual había anunciado en su perfil de Facebook.
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En San Luis, varios sujetos se acercaron y rodearon al edil para pedirle un favor, tal como relatan sus allegados, quienes aseguraron que “Paquito”, les atendió y prometió dar respuesta a su solicitud, entre ellas la reparación de unos tres kilómetros de la carretera en la zona de la Nueva Esperanza.
Ante el reclamo, Gaitán le dijo a la persona que le disparó “no te preocupes, ya la otra semana te voy a mandar el técnico, porque ya firmé para que te la reparen”.
La plática se realizaba bajo la sombra de un guanacaste, el cual en lo alto tenía una bandera del Partido Liberal, luego el edil decidió retirarse para seguir con su actividad en la casa de un vecino.
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Fue en ese momento que el hombre fue al vehículo en el que se conducía con otras cinco personas a traer el arma, marca Magnum, calibre 22.
Gaitán, al ver que este se acercaba con el arma en la mano, con voz serena y firme y moviendo sus manos dijo: “¿Por qué me vas a matar?, yo aquí solo ando haciendo el bien en estas aldeas, no le hago ningún mal a nadie”.
En el mismo instante el joven, identificado como Wilfredo Velásquez, con voz fuerte gritó: “Ah, pues este va a ser tu último día de alcalde”.
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A eso de las 8:00 de la noche fue trasladado el cuerpo del alcalde a la morgue del Ministerio Público en Tegucigalpa, en una caravana acompañado de sus amigos y familia.
Mientras el cuerpo sin vida del alcalde Gaitán llegaba a Tegucigalpa, la indignación se percibía entre los pobladores de Cantarranas. Las llamas de llantas y madera enardecían la molestia de la comunidad a quien le arrebataron a su querido alcalde.
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Lo lloran
Desde tempranas horas del domingo, en su casa de habitación en el barrio El Centro, comenzó la vela del cuerpo del alcalde, en una vivienda de esquina de dos niveles que en sus paredes tiene pintadas pirámides y líderes mayas.Su ataúd estaba cubierto por la bandera rojo, blanco y rojo que tanto amaba de su Partido Liberal de Honduras.
En varias carpas, en las calles de adoquín que rodean la vivienda, decenas de sillas, no fueron suficientes para recibir a los dolientes, que llegaron desde cada punto del municipio y hasta de otras zonas del país.
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El lugar se comenzó a llenar de arreglos florales y de sinceros abrazos para darse apoyo moral entre todos.
El pueblo, esos hombres y mujeres que le dieron su voto en más de una ocasión para darle su respaldo en sus candidaturas, se encuentra dolido, con la mirada llena de consternación.
En el ambiente reinaba el llanto, consternación y el clamor de justicia. También surgían recuerdos de las vivencias que tuvieron las personas con su amado alcalde.
“¡Paquito! ¡Paquito!”, gritaba la población, que en carros, mototaxis y a pie honraba el nombre del hombre que le cambió el rostro al municipio de Cantarranas.
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