¿Por qué no es viable construir una cárcel en las Islas del Cisne?

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La construcción de una cárcel en el Parque Nacional Marino Abogado Agustín Córdova Rodríguez, en las Islas del Cisne, no es viable desde el punto de vista geológico, atmosférico, ambiental y económico, según expertos consultados por EL HERALDO.

El geólogo Aníbal Godoy explicó a este rotativo que construir la cárcel significaría que la estructura estaría propensa a terremotos mayores a magnitud ocho.

El entrevistado, con 40 años de experiencia como investigador académico y de campo, detalló que las Islas del Cisne están en el límite de placas tectónicas de Norteamérica con el Caribe.

“La tierra está compuesta por catorce grandes placas, que son los bloques terrestres que se mueven uno respecto al otro. Hay tres tipos de movimiento: el convergente, divergente y el transformante. En esta última casualmente están las Islas del Cisne”, detalló.

El también máster en Geo Tecnologías Ambientales advirtió que por el movimiento transformante, que en promedio es de 20 milímetros por año, habrá sismos capaces de provocar derrumbes ya que al norte de las islas se encuentra la Fosa de las Islas Caimán, un lugar bastante profundo.

“Si se producen sismos arriba de ocho grados, significa que cualquier construcción tiene que ser antisísmica. Además, si el epicentro está cerca, la destrucción es mayor, como no hay edificaciones no se ve destrucción por el momento”, advirtió.

Por otra parte, siempre por la Fosa de las Islas Caimán y la zona de subducción (donde una placa tectónica se desliza debajo de otra) un sismo puede producir un tsunami, es decir el levantamiento del lecho marino que desplaza el agua con olas gigantes.

A unos 250 kilómetros de la tierra firme de Honduras, el archipiélago constituido por el Cayo del Pájaro Bobo, la Isla del Cisne Grande y la isla Cisne Pequeña está al noroeste del mar Caribe y en la zona por donde entran huracanes.

“Un huracán categoría cinco puede levantar olas de más de seis metros de altura. ¿Qué significa eso?, que la isla puede ser barrida ya que el promedio de altura de la isla apenas es de tres metros sobre el nivel del mar, el punto más alto anda como en dieciocho metros”, alertó.

En consecuencia, si será una zona de las primeras en enfrentar los riesgos atmosféricos, las construcciones deben ser especiales, pero es un diseño costoso, según el entrevistado, considerando que -además de ser una estructura antisísmica- tiene que ser anticiclónica.

“Si la altura promedio es de tres metros y un huracán genera olas arriba de los seis metros cualquier construcción para los presos o personal administrativo podría terminar bajo el agua con esas personas ahogadas. No será agua hasta las rodillas, hablamos de olas que son un riesgo latente”, pronóstico el experto, mientras recordaba que nos encontramos en un período de cambio climático y calentamiento global.

Iliam Rivera, presidenta del Colegio de Biólogos de Honduras (CBH) aclaró a EL HERALDO que no se puede construir un centro penitenciario en el archipiélago, una zona con características ecológicas únicas en el país y el mundo, según los reconocimientos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés).

“Desde el año pasado emitimos nuestra postura en contra de ese proyecto, con un criterio científico y técnico, responsablemente una comisión ejecutó la revisión de la información de estudios que datan del 2007 y recopilan la diversidad que hay”, indicó.

Tras la aprobación de la licencia ambiental, que -según el titular de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (Serna), Lucky Medina- se realizó con la participación de 40 “profesionales certificados”, Rivera señaló que el sitio se encuentran en “alerta roja”.

“Nos preocupa que el ministro emita opiniones y que diga que se está politizando el tema, esa no es nuestra función, solo emitimos responsablemente valoraciones y desde el área de Ciencias Biológicas reconocer cuando algo no está bien”, cuestionó mientras reiteraba que las capacidades técnicas del CBH están a la disposición de quien las necesite.

Como archipiélago, formado por tres islas, Rivera expuso que existen ecosistemas terrestres y marinos y, aunque la zona pasó por procesos de transformación ya que en el pasado se utilizó con fines militares y cuarentena de ganado, los ecosistemas lograron regenerarse.

“En la parte terrestre hay especies importantes como un reptil endémico, también hay especies de plantas con características de un sistema árido ya que ahí no hay agua dulce, esos ecosistemas son muy raros y no se encuentran en otras islas”, mencionó.

El otro ecosistema importante es el marino que se conforma por los arrecifes de coral sin olvidar que “Honduras forma parte de la segunda barrera arrecifal más importante del planeta”, sin olvidar que el país también integra el Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) que viene desde México.

“Hay varias especies de arrecife, también tienen importancia económica en el caso de peces que utilizan el arrecife coralino como medio de reproducción y alimentación. Luego salen al mar y sirven para comercializarse y por eso es un recurso que puede vulnerarse”, notificó.

Sobre los estudios oficiales, ejecutados por el gobierno, la titular del Colegio de Biólogos declaró que solicitaron la evaluación de impacto ambiental, pero ante el decreto de confidencialidad los datos no fueron revisados.

“Enviaremos una carta para solicitarle directamente al ministro la información y conocer a través del levantamiento de datos qué encontraron en la isla. Como CBH no estamos contra las medidas de seguridad de la presidenta Xiomara Castro pero sí estamos en contra de esa construcción pues el archipiélago debería utilizarse con fines de investigación y también con fines de ecoturismo”, finalizó.

Para el criminalista Wilfredo Rubio, si de manera hipotética se excluye el factor ambiental, los costos de construcción, mantenimiento de la estructura y manutención de los privados de libertad estarán más que pagados y resueltos porque se combatiría el flagelo de la extorsión aislando a peligrosos cabecillas de estructuras criminales.

“La postura del gobierno sería criminológica, tratando de ser equilibrados he visto mucha resistencia en el área ambiental. Si hacemos una supresión ambiental, hipotética, queda el tema económico con argumentos a favor y en contra”, inició.

En ese sentido ejemplificó, para hacer un balance, que si se considera el tipo penal de extorsión y los 18 mil millones de lempiras que los grupos delictivos sustraen al pueblo hondureño, “la cárcel sale barata”.

Siempre fuera del tema político, el abogado reiteró que si las cabecillas son de verdad aislados sería como “cortarle la cabeza al dragón” y eso es una estrategia para combatir estructuras criminales.

“¿Qué estructura criminal combatirán?, ¿Quiénes serán llevados a la isla? Son algunas de las preguntas que hay, se puede hacer algo bueno, pues sí. No obstante, cuando hay temas de confidencialidad se genera suspicacia por lo que es necesaria una amplia socialización”, recomendó.

En su análisis, Rubio instó que aunque sea un proyecto para eliminar estructuras criminales se pueden cuidar datos como los planos de la cárcel, pero otra información como estudios ambientales, quiénes trabajaran o costos se deben socializar.

“Con explicaciones la sociedad se tranquiliza, hay muchas preguntas y se necesitan respuestas y un compromiso gubernamental”, mencionó.

Parte de su análisis incluyó la interrogativa utilizada por el gobierno: ¿Por qué hasta ahora surgen ambientalistas? Cuando antes, las Islas del Cisne aparentemente tenían poca importancia, lo que indica que el proyecto parece que afectará a un determinado grupo de hondureños.