TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Destacando cómo la tecnología empleada de forma maliciosa y sin regulación, amenaza el ejercicio ético del verdadero periodismo y lamentando los crímenes contra periodistas y comunicadores, dio su discurso este viernes Osman Reyes, presidente del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) en la antesala al Día del Periodista Hondureño.
Reyes, quien entregó el premio Álvaro Contreras a su colega Jesús Vélez Banegas, pidió a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que, si algún día llega la CICIH a Honduras, también investigue los crímenes contra los periodistas que en estos momentos viven en la impunidad.
Discurso íntegro
Amigos, saludo también a todos los periodistas hondureños en nuestro día.
Hoy, como cada año, nos reunimos con mucha satisfacción para rendir homenaje a la vida y obra de uno de nuestros colegas periodistas.
El Premio Nacional de Periodismo Álvaro Contreras, sin lugar a dudas, es y será el máximo galardón que puede recibir un periodista hondureño, porque es el tributo de un gremio a uno de los suyos.
La espera es larga y puede ser que llegue en el ocaso de la vida, pero la satisfacción de recibirlo, vale la pena.
Hoy esta distinción llega a un hombre bueno, honesto, humilde, gremialista, con una trayectoria reconocida dentro y talvez más, fuera de nuestras fronteras, me refiero a nuestro estimado colega Jesús Vélez Banegas.
Vélez Banegas es periodista multifacético, ha ejercido con éxito el periodismo en la radio, la televisión, las relaciones públicas y es poseedor de una pluma fina que ha escrito en los principales periódicos del país.
Su distendida trayectoria incluye los diversos géneros periodísticos, pero sin lugar a dudas su mayor fortaleza es el deporte y en especial el fútbol.
Hoy el Colegio de Periodistas hace un reconocimiento en la figura de Jesús Vélez Banegas al trabajo tesonero de los hombres y mujeres que ejercen la prensa deportiva, que con sus narraciones hacen que se nos acelere en corazón y se desborden nuestras emociones.
La narrativa de Jesús Vélez le ha contado a Honduras las proezas y fracasos de nuestros atletas y también la gloria alcanzada por otros en los Mundiales de Futbol.
Estamos felices y nos regocijamos de estar juntos este día, pero siempre es oportuno reflexionar sobre los nubarrones que se fijan sobre esta nuestra bella e incomprendida profesión.
Hoy, como pocas veces en la historia, la labor de los periodistas se ve amenazada, las nuevas tecnologías y narrativas arrebatan cada día nuestros espacios de trabajo.
La inhumana e inexpresiva Inteligencia Artificial es capaz de crear piezas periodísticas especializadas que satisface la demanda de información de un público superficial que se conforma con poco y que dejan de lado la riqueza del lenguaje y la profundidad que genera el valor humano.
El vertiginoso avance tecnológico deja rezagados por igual a periodistas jóvenes y mayores que deben adaptarse a la brevedad para subexistir o simplemente resignarse a ver como fugazmente desaparece el entorno que tantas satisfacciones les brindó.
Las nuevas narrativas diseñadas para una audiencia caracterizada por lo lacónico y lo poco expresivo se levantan como enormes barreras para aquellos cuya fortaleza está en su extraordinaria capacidad de narrar, describir, interpretar y escribir con buen gusto.
Las herramientas digitales, que facilitan el trabajo, también han extinguido la pasión del buen periodismo, la acuciosidad, la disputa por la primicia, y el deseo de ser primero y mejor cada vez es menos, dando paso a la estandarización de la información.
En el entorno han surgido nuevos actores que con poca o mucha creatividad y altos excesos generan contenidos que viralizan y opacan los verdaderos temas de importancia presentados por la prensa.
Llamamos a la academia y carreras de periodismo, en especial a modernizar y adaptar los planes de estudio, para formar a las nuevas generaciones con las competencias que exige un mercado altamente competitivo, sin que esto represente sacrificar la esencia del periodismo.
La desinformación se ensaña como un cáncer en la confianza y buena fe de las personas, llevándolos a vivir en una distorsionada y manipulada realidad usufructuada por inescrupulosos sectores que desde sus esferas de poder alimentan sus más bajos y mezquinos intereses.
Los periodistas también somos víctimas al ser objetivo de esos oscuros sectores que vulneran la imagen, credibilidad y reputación de aquellos periodistas que se atreven a cuestionar su errático y turbio proceder.
Como si fuera poco, los periodistas vivimos hoy con el temor del ilícito espionaje tecnológico que intervine nuestras comunicaciones para posteriormente divulgarlas fuera de su verdadero contexto, lo que nos ha obligado a retomar primitivas formas de comunicarnos.
No puedo dejar pasar esta ocasión para reiterar nuestra solidaridad con las familias de los 99 compañeros periodistas, comunicadores sociales, fotógrafos, camarógrafos, editores y otras funciones cuya voz fue apagada por las balas de los violentos y cuyas muertes en su mayoría continúan impunes.
Expresar nuestra solidaridad con los colegas que para proteger su vida y las de su familia optaron por el éxodo a otras naciones en busca de la seguridad y el progreso que no encontraron en su patria.
Hoy pedimos a Naciones Unidas que, si algún día llega la CICIH a Honduras, también investigue los crímenes contra los periodistas que en estos momentos viven en la impunidad.
Nos declaramos solidarios con los compañeros que ejercen su labor con honestidad, ética, valores y compromiso, sobreponiéndose al temor que provoca la inseguridad, los malos salarios, el poco acceso a la seguridad social y la exclusión y discriminación política.
Expresamos nuestra solidaridad con los periodistas que ejercen de manera independiente y que son los más golpeados por la crisis económica, demandamos respeto para cada uno de ellos, que lo que venden es publicidad y no su conciencia. Pedimos en esta fecha que la publicidad y propaganda pública o privada NO sea utilizada como medio control o de chantaje.
Expresamos nuestra solidaridad con los compañeros Carlos Ávila y José Carlos Panameño, que son víctimas de un sistema judicial que se ensaña contra los débiles, pero es cómplice y complaciente con una elite corrupta que hace y deshace a su antojo las leyes y entrecomillas Justicia Hondureña.
Don Jesús Vélez Banegas, espero que la dicha y felicidad este día perdure y que lleve, como sé que lo hará, con honor esta distinción que su colegio le tributa hoy.