TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) organizó el fin de semana la primera Conferencia Regional de Familiares de Personas Desaparecidas en la Ruta Mesoamericana. EL HERALDO estuvo ahí y dialogó con Jérémy Renaux, coordinador del Programa Regional para Personas Desaparecidas para México y Centroamérica.
¿Cuál es el trabajo del CICR con los familiares de personas desaparecidas en la ruta mesoamericana?
El CICR busca fortalecer las capacidades de los Estados para poder buscar a las personas desaparecidas y dar una respuesta a los familiares. Tenemos un diálogo bilateral y confidencial con las autoridades y también les brindamos asesorías técnicas para poder desarrollar marcos normativos a favor de las personas desaparecidas y sus familiares.
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¿Qué es lo primero que se debe de hacer por parte de las familias cuando tienen a un pariente desaparecido?
Es importante que la ciudadanía sepa que cuando ocurre una desaparición las primeras horas son cruciales para localizar con vida a una persona desaparecida y por lo tanto lo que recomendamos es que las familias que han perdido el contacto con su ser querido puedan reportar la desaparición.
¿Un banco de ADN mejoraría la búsqueda de desaparecidos (fallecidos) en países de Centroamérica?
Efectivamente. Ya hay esfuerzos, por ejemplo el proyecto Frontera que encabeza el equipo argentino de antropología forense; justo lo que ha buscado es poder recolectar muestras de referencia de los familiares de migrantes desaparecidos de Centroamérica, inclusive de Chiapas y Oaxaca en México, y poder contrastar esta información con los datos genéticos de las personas que han sido encontradas sin vida.
¿Qué tan importante es que en Honduras haya un registro dactilar de menores?
En el caso de Honduras, como en algunos otros países, no se registra la huella dactilar de los menores de edad por parte del Registro Nacional de las Personas (RNP) y esto implica un reto cuando estos niños y adolescentes desaparecen o fallecen en las peligrosas rutas.