TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Cada año, el Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, una tradición de la Iglesia Católica, el cual dura un periodo de 40 días de ayuno y reflexión, abriendo paso a la Pascua cristiana, mejor conocida como Domingo de Resurrección.
Este año, el Miércoles de Ceniza cae un 14 de febrero, exactamente cuarenta días antes de la Pascua, excluyendo los domingos, donde los fieles acuden a la iglesia para recibir una marca de ceniza en la frente en forma de cruz, que simboliza la penitencia y la mortalidad.
La ceniza utilizada generalmente proviene de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior junto a una mezcla de agua bendita o aceite santo, el debe aplicarse en la frente en forma de cruz.
Al poner la ceniza en forma de cruz en la frente de los fieles creyentes, se recuerda la fugacidad de la vida humana con la frase: “Polvo eres y en polvo te convertirás” “Conviértete y cree en el evangelio”, invitando a la reflexión sobre el arrepentimiento y la conversión durante la Cuaresma.
Asimismo, se lleva a cabo un servicio religioso especial que incluye lecturas bíblicas, oraciones de arrepentimiento y reflexión sobre la importancia de la Cuaresma como un período de preparación espiritual para la Semana Santa.
Durante la Cuaresma, los fieles suelen practicar la abstinencia y el ayuno como una forma de penitencia y renovación espiritual.
¿Cómo se celebra el Miércoles de Ceniza?
Los fieles suelen asistir a la misa del Miércoles de Ceniza en su parroquia local o en una iglesia cercana.
Durante la misa, se lleva a cabo una liturgia especial (orden y forma con que se realizan la ceremonia de culto) la cual incluye lecturas bíblicas sobre el arrepentimiento y la conversión.
Posteriormente, el sacerdote bendice las cenizas, marcando una cruz en la frente de cada persona con las cenizas, mientras dice la frase: “Polvo eres y en polvo te convertirás” “Conviértete y cree en el evangelio”.
Luego de recibir las cenizas, los fieles se sumergen en un período de reflexión, arrepentimiento y penitencia. Esto puede incluir la oración personal, el ayuno y la abstinencia.