Golpes fuertes a la criminalidad organizada, a la corrupción y el narcotráfico son la carta de presentación del fiscal general del Estado, Óscar Fernando Chinchilla, quien fue reelecto en su cargo por el Congreso Nacional.
Desde que asumió sus funciones en 2012, Chinchilla y su equipo de trabajo diseñaron e impulsaron más de 50 operaciones de alto impacto.
Además, él impulsó una especie de reforma a la estructura de investigación del MP.
Y es que en pocos meses la institución pasó de tener 500 agentes de tribunales a 940, debidamente certificados.
Asimismo, se fundó la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), que ya tiene tres años de estar funcionando y que de acuerdo con analistas ha dado los resultados esperados.
La ATIC comenzó a operar con 98 agentes y en la actualidad cuenta con 338 a nivel nacional.
Asimismo, se fortaleció el brazo que combate la narco actividad; la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico, que en los últimos cuatro años pasó de tener 56 detectives a 243.
En materia de combate a la corrupción fueron muchas la acusaciones que se emitieron en el primer período de Chinchilla en contra de funcionarios y exfuncionarios implicados en actos reñidos con la ley.
Fue en su primer mandato que se judicializó uno de los más grandes actos de corrupción: el saqueo del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) y otros casos como el crimen de la ambientalista Bertha Cáceres, registrado en el departamento de Intibucá.