TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Según las últimas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), América Latina y el Caribe sufren un retroceso en materia de vacunas infantiles, que ha dejado a 2.4 millones de niñas y niños desprotegidos frente a enfermedades prevenibles.
Más de 1,7 millones son “cero dosis”, lo que significa que nunca han recibido una vacuna. Las niñas y niños de los hogares más pobres tienen casi tres veces más probabilidades de ser “cero dosis” que aquellos de los hogares más ricos, según revela un nuevo análisis del informe.
“Durante muchos años, América Latina y el Caribe registró una de las tasas de vacunación infantil más altas del mundo. Ahora presenta una de las más bajas. Esta es una de las crisis de vacunación infantil más graves que la región ha visto en casi 30 años”, dijo Garry Conille, Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.
“Enfermedades como la difteria, el sarampión y la poliomielitis, que antes se creían erradicadas en muchos países, están reapareciendo en toda la región, poniendo en peligro las vidas de las niñas y niños más marginados y el bienestar de todos”.
El descenso de la vacunación infantil en América Latina y el Caribe puede deberse a múltiples factores. Según el Informe El Estado Mundial de la Infancia 2023: Para cada infancia, vacunación, los desastres naturales, la violencia, la urbanización, la inestabilidad y la migración han contribuido al aumento de las desigualdades.
La disparidad del gasto público en salud en Honduras y la reducción de la inversión, han dejado a las comunidades marginadas con un acceso limitado a servicios de atención primaria de salud de calidad.
La pandemia de covid-19 exacerbó estos retos, interrumpiendo la vacunación infantil debido a las intensas demandas en los sistemas sanitarios y a las medidas de confinamiento en el hogar. En los últimos años, hay también signos de una disminución de la confianza en la vacunación en algunos países de la región.
El informe destaca que la vacunación no solo salva vidas, sino que también es una estrategia probada para reducir los costos futuros de la atención sanitaria y apoyar el crecimiento económico. La vacunación genera un fuerte retorno de la inversión: hasta US$26 por cada US$1 invertido.
“Con uno de los mejores historiales de vacunación infantil, América Latina y el Caribe no tiene excusas. Hace 10 años, esta región demostró que podía proteger a las niñas y niños de enfermedades potencialmente mortales. No hay ninguna razón por la que no podamos volver a hacerlo ahora, con más conocimientos, capacidad y recursos”, afirmó Garry Conille.
“La vacunación es una de las intervenciones de salud pública más sencillas y rentables. Para recuperar el terreno perdido y garantizar que todos las niñas y niños estén vacunados, los gobiernos y socios deben invertir en vacunación y atención primaria de salud. Podemos prevenir las enfermedades infantiles ahora o asumir los costos más tarde”.
Situación de vacuna en Honduras
En Honduras, la cobertura de vacunación con pentavalente y poliomielitis ha disminuido entre el 2018 y el 2021 de 91 por ciento a 77 por ciento. Por otro lado, la cobertura de vacunación contra el sarampión, en el mismo periodo de tiempo ha disminuido de 91 a 79 por ciento.
Para el Representante de UNICEF en Honduras, Bastiaan van ‘t Hoff, las vacunas constituyen uno de los avances más importantes en materia de salud y desarrollo en Honduras, y para recuperarse del retroceso y reducir el número de niñas y niños cero dosis en Honduras.
UNICEF hace un llamamiento al gobierno y aliados para identificar y vacunar urgentemente a todos los niñas y niños, especialmente a los de los hogares más pobres y a las niñas y niños indígenas y afrodescendientes que no han sido vacunados.
También priorizar la financiación de los servicios de vacunación y atención primaria de salud y construir sistemas de salud más resilientes mediante la inversión en personal de salud, la innovación y la producción de suministros de vacunas en la región.
Además reforzar la demanda de vacunas, fomentando la confianza, entre otras estrategias.