TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con sus pies llagados, sus piernas adoloridas, pero lleno de esperanza, el padre Leopoldo Serrano de la parroquia San Roque en Santa Bárbara esta a punto de lograr su meta que es llegar a Tegucigalpa para hablar con la presidenta Xiomara Castro sobre los damnificados de la aldea La Reina, en el municipio de Protección.
El sacerdote que comenzó su caminata desde San Pedro Sula el pasado jueves 27 de junio ya ha recorrido cerca de 150 kilómetros desde la ciudad de San Pedro Sula. Su meta es la capital, Tegucigalpa.
Aunque el cansancio es notorio en el religioso de 59 años, su amor por las familias damnificadas por Eta y Iota puede más, por lo que no se rendirá hasta hablar con la mandataria y recordarle las necesidades que tienen los pobladores que han sido olvidados desde hace cuatro años.
“Me duele más el marginamiento que tiene el gobierno a los pobres, me duele más el abandono que tienen los damnificados que mi cuerpo”, dijo.
Al llegar a la capital el padre compartirá con la presidenta los problemas que tienen los 1,200 personas que fueron damnificadas en 2020, luego que su comunidad quedara soterrada por las lluvias provocadas por las tormentas tropicales.
Entre los proyectos que requiere la comunidad está la construcción urgente de la escuela y terminar los proyectos que fueron abandonados, como la pavimentación de la calle, el proyecto de electrificación, la planta de tratamiento, entre otros.
“Mi caminata es por amor y misericordia, no es para buscar fama. Me duele el corazón de ver las injusticias que hay. Las personas me decían que detuviera la caminata, pero yo ya no creo en palabras”.
Ni el clima, ni las afecciones lo detienen para cumplir su objetivo. En su quinto día de caminata el padre Leopoldo se encontraba llegando a la ciudad de Comayagua, donde pasará la noche junto a quienes lo acompañan para luego continuar con su travesía, el sacerdote espera llegar a la capital el próximo jueves.
Objetivo
Entre las peticiones que trae el padre Franciscano es que se continúe con el fideicomiso para concluir con las obras de las viviendas a los pobladores de La Reina en Protección, Santa Bárbara, ahora llamada colonia San Francisco de Asís.
“Simplemente quiero ver hechos, lo que le pedí a Finanzas es que haga la transferencia a la municipalidad de Macuelizo en torno al fideicomiso que estaba destinado al proyecto habitacional, pero lo han retenido”, expresó.
Son entre 27 a 30 kilómetros diarios que el padre camina para lograr llegar a su meta, en su travesía lo acompañan nueve personas más, que son amigos, habitantes damnificados y seminaristas.
El padre agradeció a las personas generosas que lo han apoyado durante su recorrido, a los párrocos de las iglesias que le ofrecen ayuda.
Al inicio de la maratónica caminata el padre Serrano manifestó no saber si resistiría el camino de 240 kilómetros, pues hace cinco años atrás fue operado del corazón; sin embargo, afirmó que está dispuesto a sacrificarse para que los políticos atiendan a los abandonados por los políticos.
Con más de la mitad del trayecto superado, el padre dice que Dios le ha ayudado, por lo que asegura que el sacrificio que esta haciendo va a rendir sus frutos.
“No me importa si me muero, pero voy a seguir hasta Casa Presidencial. Si ellos quieren que yo muera, pues ellos deciden no cumplir porque es un derecho de estas personas. Ojalá que cumplan lo más pronto”, dijo.
