TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La Conferencia Episcopal de Honduras aplaudió el fin del conflicto generado hace algunas semanas al interior del Congreso Nacional, con la existencia de dos juntas directivas que causaron división en las bancadas de diputados y en varios los sectores de la sociedad, pero que finalmente pudo resolverse a través del diálogo.
Sin embargo, expresó su preocupación por la institucionalidad y la legalidad, que se ven amenazadas por “intereses de grupo”. Además, enfatizó que el nuevo gobierno debe priorizar la resolución de las necesidades básicas de los hondureños, pues al no hacerlo se corre el riesgo de potenciar la migración masiva.
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Por otro lado, llamó a las autoridades a cumplir con las expectativas que se han puesto sobre ellas, pues en el documento redactado tras una reunión de los obispos se menciona que “se han puesto muchas esperanzas en el nuevo gobierno y las esperanzas del pueblo no deben ser defraudadas”, por lo que enfatizaron “se necesita refundar Honduras, pero no sobre ideologías ya gastadas”.
Ante esta situación, llamaron a los principales autores a trabajar en un plan social y económico que sea realista, en donde se contemple la generación de empleo, mejoras en salud, educación y otros temas primordiales, aunque advierten que en el camino “se encontrarán con resistencias y enemigos, como la corrupción, impunidad, egoísmo de personas e instituciones y la falta de justicia objetiva e imparcial”.
A continuación el documento íntegro:
Queridos hermanos,
Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras (C.E.H.), reunidos en Asamblea Plenaria, nos dirigimos al Pueblo de Dios y a todas las personas de buena voluntad, con la esperanza de que este tiempo que vivimos, con sus luces y sombras, sea para todos nosotros una oportunidad para consolidar nuestra identidad y nuestra misión en el mundo como bautizados, de manera individual y eclesial, ya que la Iglesia está llamada a “elevar a los hombres a participar de la vida divina”, {Lumen Gentium, n. 2).
Caminemos juntos
La Iglesia Católica se encuentra en un Camino Sinodal. SINODO es una palabra que viene del griego y significa “Caminar juntos”. La Iglesia, Pueblo de Dios que peregrina en la historia, camina en comunidad creando fraternidad entre todos {Cf. Encíclica Fratelli Tuni).
Este camino se inició entre nosotros hace dos años y nos condujo a la Primera Asamblea Eclesial de América Latina, celebrada en México y en todos los países del Continente, con participación virtual y presencial. Ahora se ha extendido a nivel global con el espíritu de “Comunión, Participación y Misión”. Se trata de un nuevo camino que implica ante todo una actitud de escucha, iluminada por la Palabra de Dios y una conversión que nos lleve a superar la indiferencia o la exclusión y marginación de muchos, y sentimos corresponsables de una nueva manera de ser Iglesia.
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Con Santa María
En este caminar, la Iglesia siempre ha sentido la presencia y la compañía de la Virgen María, ya que, Asunta al cielo, no se desentiende de sus hijos, sino que los acompaña en este valle de lágrimas, en sus dificultades, esperanzas y problemas (Cf. Lumen Pentium, n. 62). Los hondureños hemos de sentimos muy bendecidos, porque estamos viviendo el camino sinodal, como un tiempo especial de gracia, de la mano de la Santísima Virgen, en la celebración del Año Jubilar Mariano, con motivo del 275º aniversario del hallazgo de la imagen de Nuestra Señora de Suyapa.
Las esperanzas de un pueblo
El Pueblo de Dios, que peregrina en la historia, camina juntamente con el pueblo de Honduras y forma parte de este pueblo. Al caminar junto al pueblo, la Iglesia escucha sus clamores, hace suyas sus alegrías y esperanzas (Cf. Gaudium et Spes, n. 1) y ofrece una palabra de iluminación y motivación.
Estamos viviendo el inicio de un nuevo gobierno, en el que se han puesto muchas esperanzas, y las esperanzas del pueblo no pueden quedar defraudadas, pues correríamos el riesgo de que cunda de nuevo la decepción, continúe imparable la migración ilegal y surjan comportamientos sociales peligrosos.
Vemos con agrado la resolución del problema en el Congreso Nacional, aunque pedimos que estos procesos se realicen con respeto a la institucionalidad y a la legalidad, y no solucionarlos con arreglos movidos más por intereses de grupo que por el bien del país.
Es importante que en el Congreso Nacional se establezcan con claridad las prioridades que tiene el país y se legisle en torno a ellas con una mirada hacia el futuro, en lugar de centrarse en determinaciones de carácter más secundario y ancladas en el pasado. Para combatir precisamente las malas prácticas que históricamente nos han afectado, es importante potenciar y respetar el sistema republicano, con la consecuente independencia de los Poderes del Estado legítimamente constituidos.
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Plan de nación
No basta la buena voluntad para responder a las esperanzas de la población. Éstas se hacen eficaces y operativas cuando se les da respuesta a través de un plan de gobierno, sólido y realista, dialogado y consensuado con todas las partes implicadas; un plan que sea garantía eficaz de un cambio incluyente y progresivo.
Necesitamos un plan social y económicamente realista y factible, que garantice mejores condiciones de vida para las familias hondureñas; un plan que reduzca y, si es posible, que haga desaparecer el flagelo de la migración, que obliga a tantos hondureños a abandonar su patria; un plan que priorice el empleo, la salud, la educación y la construcción democrática. Esto es tarea de todos, del gobierno, de las instituciones y de las personas, pues hemos de estar más preocupados por aportar, que por estar pidiendo y recibiendo.
Sin embargo, somos conscientes de que la realización de un plan de nación requiere tiempo, procesos, profesionalismo, ética y diálogo. Y que se encontrará con resistencias y enemigos, como son: la comipción y la impunidad, los egoísmos de personas e instituciones y la falta de una justicia objetiva, imparcial y no sometida a los intereses particulares.
Todos estamos por el cambio, y en el cambio se necesita, para su autenticidad, disponer de odres nuevos, que puedan contener y conservar el vino nuevo, como nos enseña el Evangelio, (Cf. Lc 5, 38). Honduras necesita políticos responsables de la tarea asumida y un pueblo en auditoría y veeduría constante.
Orando juntos
Oremos juntos al Señor, porque los desafíos son grandes, pero hay un gran deseo de verdaderos cambios. Cierto, se necesita refundar Honduras, pero no sobre ideologías ya gastadas. Refundemos Honduras sobre la verdad, la justicia, el amor mutuo y la libertad, que son los pilares de la Doctrina Social de la Iglesia, {Cf. Encíclica Pacem in Terris, 37).
Que la maternal intercesión de Santa María de Suyapa, Patrona de Honduras, nos alcance de Dios la abundancia de su gracia, sabiduría y fortaleza.
Ciudad de Tegucigalpa. 11 de Febrero de 2022, Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes.
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