TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Honduras lo sufrió, el luto llegó desde China cubierto en un virus que durante la pandemia acabó con la vida de un compatriota cada dos horas. En casa, rodeado de la familia, en un triaje esperando atención o en un hospital conectado a un respirador artificial, el covid-19 marcó al ombligo de América con llanto, en un viaje que no tiene vuelta.
Más de 3,000 hondureños perdieron la vida por consecuencia del nuevo coronavirus, que a paso lento pero devastador, en nueve meses arrancó lagrimas que pusieron de rodillas a un país en el que su población si no despierta del confort de las fiestas de fin de año comenzará el 2021 bajo el manto de la desgracia.
EL HERALDO recopiló la cantidad de personas fallecidas durante la pandemia, doctores, microbiólogos, amas de casa, periodistas, albañiles, enfermeras, vecinos o amigos que no podrán tener a sus más cercanos para comenzar un nuevo año.
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Lo peor es que al afán de sentir la cercanía con los seres queridos mantienen la ocupación de la red hospitalaria en un 35% y las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en un peligroso 52%.
Virus
La india virgen esperó la estocada, apenas un par de días en el mes de marzo para confirmar las primeras personas contagiadas.
Un par de días después a inicios de abril, el temor se convirtió en luto, Honduras confirmó las primeras personas fallecidas a consecuencias del covid-19.
El encierro por medio de una cuarentena obligatoria no surtió el efecto esperado, los hospitales se llenaron, el caos se apoderó de la población; abril, mayo, junio y julio quedarán en la retina de los hondureños como los meses en los que las salas velatorias no se dieron abasto por la cantidad de personas fallecidas por el covid-19.
En total, durante los poco más de nueve meses de pandemia murieron 3,130 hondureños a causa del covid-19.
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Al dividir la cantidad de muertos en los nueve meses de pandemia, se confirmó la muerte de 12 hondureños al día, para llegar a la fatídica cifra de un connacional fallecido por el virus por cada dos hora desde marzo. Agosto, septiembre, octubre y noviembre le dieron el respiro a la red hospitalaria en una tregua que ningún experto esperó pero que sirvió para tomar un segundo aire en el que la población, un poco más familiarizada con la enfermedad, aprendió a convivir con el virus.
3,130perdieron la batalla contra el covid-19 durante la pandemia. |
Dos tormentas tropicales devastadoras, sobre todo en el valle de Sula, sumado a las fiestas de fin de año y el anuncio de una vacuna que no llegará a población general sino a finales de este año relajaron el ambiente a costillas de un triste futuro.
Datos recopilados por EL HERALDO apuntan que para el último día del año pasado las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de la red hospitalaria están a un 52% de su capacidad total, siendo el Hospital Cardiopulmonar El Tórax el más afectado, al tener el 100 por ciento de sus camillas ocupadas con pacientes muy complicados. A estas alturas, las personas que llegan graves al Tórax tienen dos opciones: esperar el cupo porque una persona murió o porque logró salir de la crisis; los hospitales móviles por los que se pagaron 1,137 millones de lempiras brillan por su ausencia, nadie quiere hacerse cargo de los módulos.
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Las salas UCI del Hospital Pediátrico María también muestran su peor cara con un 75% de ocupacionalidad.
El Hospital Mario Catarino Rivas en San Pedro Sula no se queda atrás pues el 66% de sus camas UCI están ocupadas, limitando el ingreso de nuevos personas de gravedad mientras su Sala Covid-19 para pacientes positivos que no han presentado complicaciones está en un 86%.
En el hospital Leonardo Martínez, que no cuenta con sala UCI, el personal la está viendo muy complicada, pues debido a las fiestas de fin de año llegaron a una ocupacionalidad del 73%, lo que representa un peligro ante un rebrote. A nivel general, la red hospitalaria comienza a mermar su capacidad; hasta ahora sin vacuna en mano solo queda una salida: la prevención.