Honduras

Un niño de seis años muere en un incendio; dos más tienen lesiones

01.04.2017

San Pedro Sula, Honduras
Mientras sus padres cortaban café para ganarse el sustento diario, la inocencia de tres pequeños era amenazada por un voraz incendio.

La tragedia se llevó para siempre a uno de ellos, al mayor, a Anderson Ariel Castro Vásquez (6), quien junto a sus dos hermanos, de dos y cuatro años, permanecían solos en la vivienda. El hecho ocurrió en la aldea Montefresco de Victoria, Yoro.

Los dos hermanitos de Anderson, que también resultaron con quemaduras en varias partes de sus cuerpos, están en recuperación en el hospital Mario Rivas. El incendio ocurrió a las 11:00 AM del jueves 30 de marzo.

¿Travesura?

Kenia Xiomara, madre de los pequeños, confesó que siempre han dejado a los niños solos porque tienen que trabajar para llevarles comida. Manifestó que al parecer Anderson Ariel tomó los fósforos y cree que eso pudo haber causado el fuego en un colchón.

Según lo que le contaron a Kenia Xiomara, un vecino que iba pasando por la casa escuchó los gritos de los niños y pudo rescatarlos de las llamaradas. Anderson Ariel era el que tenía más quemaduras en el cuerpo. Los padres trasladaron a los tres menores al hospital sampedrano ayudados por vecinos.

Según autoridades del hospital, Anderson Ariel llegó muerto al centro asistencial.

Desde el jueves, el cuerpo del infortunado menor estuvo en la morgue del hospital hasta ayer que la Fiscalía, el forense y agentes de investigación llegaron al reconocimiento del cadáver. El Ministerio Público no había recibido ningún reporte de que el niño estaba muerto y las autoridades del hospital indicaron que no sabían por qué el cuerpo quedó en la morgue.

Kenia Xiomara y su esposo José Santos Castro solo decían que no les daban el niño porque no tenían dinero para comprar al ataúd, pero al indagar en el hospital era que nadie los había orientado sobre el trámite que debían hacer para que llegaran Medicina Forense y los fiscales.

Ayer a las doce del mediodía, el fiscal de turno levantó actas en el hospital y tomó declaraciones para verificar qué había pasado desde que los padres llegaron con sus hijos quemados a la sala de emergencia pediátrica del hospital Mario Rivas.

Otro de los problemas a que se enfrentarán ahora los padres del niño muerto es que como nunca registraron legalmente a sus hijos no hay forma de demostrar la identificación del menor.

Según los forenses, la única manera es con las pruebas de ADN, las cuales tardarían más de cinco meses.

La madre de escasos recursos permanece con sus dos hijos quemados de dos y cuatro años en la sala de pediatría del hospital a la espera de manos solidarias, pues sus hijos requieren de medicamentos, así como de ropa y pañales, pues todo se les quemó en la alejada aldea de Yoro.